¿Qué es el dolor crónico? Un problema de salud pública en México
 
Hace (6) meses
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Ya sea por una extracción de muelas, una caída o la cortada con una hoja de papel, casi todos los seres humanos hemos experimentado dolor. Esa sensación que la Asociación internacional para el estudio del dolor (IASP, por sus siglas en inglés) define como “una experiencia sensorial y emocional desagradable, asociada a un daño tisular real o potencial”.

Especialistas consultadas por Animal Político explicaron que esa sensación nos ayuda a localizar si algo no está bien en nuestro cuerpo. Podría pensarse como un mecanismo de alerta y protección. Pero la escala del dolor es muy amplia y, muchas veces, más allá de ser un signo de enfermedad puede convertirse en la enfermedad misma: dolor crónico.

El Instituto Nacional de Salud Pública (INSP) reconoce que “en México carecemos de información estadística que permita conocer el impacto del dolor crónico en la población general”. Aunque se estima que principalmente afecta a la población adulta mayor.

El dolor en el cuerpo

La maestra en enfermería Alicia Hortensia Ávila Rojano se especializa en adultos mayores y nos explicó que el dolor que sentimos luego de un golpe, una infección estomacal, o una lesión es denominado como agudo.

“El dolor agudo es una respuesta o un mecanismo de alarma que tiene el cuerpo como para avisar, que algo no está bien y que es necesario atender”, describe la doctora Nayely Vianey Salazar Trujillo, académica de la Facultad de Medicina de la UNAM.

Pero el dolor crónico puede permanecer durante toda la vida. “Se va a manifestar de forma persistente, por episodios o recurrente; pero también va a aumentar en intensidad o severidad y va a afectar la funcionalidad y las condiciones de la vida de la persona que lo padece”, señala Ávila Rojano, especialista y docente de la Facultad de Estudios Superiores Zaragoza.

El problema es que el dolor crónico va a imposibilitar o alterar la vida cotidiana de la persona que lo vive. Por ejemplo, el long covid. “Es un covid largo, con una serie de secuelas que vive la persona también y que puede incluir dolor crónico”.

La enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC); la diabetes mellitus tipo 2, que puede causar neuropatías; la osteoartritis, que es la inflamación de las articulaciones; y la fibromialgia son algunos otros padecimientos que causan en quienes las viven dolor crónico que puede llegar a alterar la vida cotidiana.

Una aproximación a cómo se vive el dolor en México lo encontramos en un estudio publicado en la Revista Mexicana de Anestesiología. Los investigadores realizaron una revisión a expedientes clínicos archivados del 2009 al 2017 del Centro Interdisciplinario para el Estudio y Tratamiento del dolor y Cuidados Paliativos de la UMAE.

En los 4.518 registros revisados encontraron que la edad media de pacientes fue de 59 años, el 62% de las consultas fueron de mujeres. También encontraron que se produjo dolor crónico en el 83% de los pacientes.

Además, de acuerdo con Human Rights Watch, “estimaciones de la Organización Mundial de la Salud y la Alianza Mundial para el Cuidado Paliativo y Hospicios sugieren que más de la mitad de las 600.000 personas que mueren cada año en México requieren cuidados paliativos, incluyendo con frecuencia el tratamiento para el dolor agudo”.

Foto. Especial

El dolor en la salud mental

La doctora Salazar Trujillo destaca que en la definición de dolor del IASP también hay un componente cognitivo y emocional importante, pues se reconoce el dolor real por una incisión quirúrgica, un golpe o una quemadura que está propiamente lesionando los tejidos; pero también el dolor potencial:

“Si a lo mejor tú o yo tuvimos alguna cirugía y nos fue mal en esta cirugía, hubo mucho dolor o mal manejo del dolor, posiblemente a la mejor esto sea algo traumático para nosotros y el hecho de volver a un hospital nos pueda generar esta misma sensación desagradable”, describe.

La académica explica que “cada persona va a vivir dolor de diferente manera, y en algunos pacientes hay factores psicológicos implicados que van a hacer que la percepción del dolor sea diferente y dentro de ellas se habla del catastrofismo o la aceptación propiamente del dolor. El catastrofismo nos habla de estos procesos cognitivos y emocionales que van a predisponer a que el dolor se perciba como un problema”.

Pero la sensación de dolor físico también repercute en la salud mental, lo que aumenta las consecuencias no solo para el paciente, sino para su entorno social y familiar.

“El tener una presencia de dolor crónico o dolor agudo genera momentos de estrés. Además, disminuye su fuerza de trabajo y su productividad pues a veces causa ausentismo en los centros laborales”, señala Ávila Rojano, quien agrega que esta situación aumenta el estrés y la tensión, pues muchas veces los ingresos familiares se ven afectados.

Pero el dolor crónico puede afectar aún más la salud mental. A decir de Ávila Rojano la falta de respuesta a los tratamientos y la alteración en los planes de vida que propicia el dolor crónico pueden generar síndromes neuro-psiquiátricos como ansiedad, depresión, y alteraciones del sueño.

“La persona también puede aislarse socialmente y recurrir al uso y abuso de sustancias. Cuando no es atendido de forma correcta el dolor también puede provocar cambios importantes en los hábitos alimentarios, y puede alterar la relación interpersonal y la relación familiar”, señala la especialista.

Ávila Rojano también advierte que el dolor puede desarrollar miedo, y en consecuencia las personas disminuyen su movilidad o adoptan posturas que a la larga pueden traerles otro tipo de consecuencias o nuevos dolores.

Sin casos enfermedad falta agua Salud Hidalgo
Foto: Archivo

La importancia de comunicar y tratar el dolor

Ávila Rojano reconoce que a la población mexicana se le enseña que el hombre no llora y no expresa dolor. Pero, a decir de la especialista, es importante que todas las personas manifiesten el dolor en la medida que lo están sufriendo, de lo contrario se podría atrasar el tratamiento necesario.

“Es importante hacer educación para la salud para que esta población lo manifieste. Sin embargo, también se ha observado que las amas de casa por la actividad y el compromiso del hogar también retrasan estos tratamientos porque no mencionan que sufren dolor”, advierte.

A decir de la doctora Salazar Trujillo es necesario atender el dolor porque puede convertirse en una urgencia y, en caso de que persista, recomienda no recurrir a la automedicación.

El problema es que, de acuerdo con este texto del doctor Efrén Díaz Millán, “existe evidencia de que el tratamiento del dolor crónico en México no es adecuado y es un aspecto que se debe corregir lo más pronto posible”.

En este sentido Ávila Rojano recuerda que cuando se vive dolor crónico es probable que la persona que sufre dolor tenga recaídas continuas a pesar de los tratamientos. Por lo que es importante que la familia o la persona cuidadora aprenda sobre los tratamientos y terapias alternativas a los fármacos para tratar el dolor, como por ejemplo contarles un cuento, utilizar risoterapia o acompañar respiraciones como medida de apoyo para disminuir o por lo menos para distraer el dolor.

Las especialistas señalan que existen áreas de Cuidados Paliativos y clínicas del dolor donde también se trabaja el duelo por la pérdida de la salud, y en donde también es necesario considerar el apoyo al cuidador primario o a la familia, porque ellos están sufriendo junto con su paciente.

Con información de Animal Político

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