Casi está lista la remodelación de la catedral de San José, en Tula, la cual responde a una adecuación litúrgica que demanda el Concilio Vaticano II, impulsado por el papa Francisco, dijo el párroco José Miguel Martínez Villafuerte, quien estuvo a cargo de las labores.
En entrevista con Criterio, dijo que los trabajos que se realizaron desde finales de diciembre pasado responden a la necesidad de adecuar el espacio de la liturgia para los requerimientos actuales, como se ha hecho en otro tiempo, para acondicionar el lugar, que fue edificado para las situaciones del siglo XVI, las cuales, dijo, “no corresponden a las de nuestros días”.
El sacerdote dijo que las modificaciones “no fueron hechas por alguna ocurrencia, sino con base en estudios de los requerimientos de la propia Iglesia”.
Aseveró que, si bien se amplió el altar principal y se modificó la estructura del mismo, solo se hizo un acomodo para ordenar las graderías, y otros espacios, lo mismo que se sustituyó el mármol del piso en el área, por lo que no hubo “mucho problema” con los permisos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).
“El instituto supo de esta obra y, aunque la catedral forma parte del catálogo de monumentos nacionales, nos otorgó las licencias correspondientes sin contratiempos, ya que, aunque se hicieron diversas modificaciones, ninguna implicó cambios estructurales como la demolición de algún muro”, apuntó el sacerdote.
Señaló que, tanto en los altares de consagración y principal, además del espacio reservado para que se siente el obispo, se colocaron piedras de basalto, las cuales fueron traídas de la comunidad El Tesoro “para preservar la tradición prehispánica que ha tenido desde un principio el templo católico”, mientras que en el caso del mármol sí se trajo del extranjero para garantizar la calidad del material.
Indicó que el altar de consagración tiene un cubículo para guardar reliquias de algún santo, las cuales, se deben solicitar a los obispos que las resguardan, por lo que ya se escribieron las cartas correspondientes para obtenerlas.
Martínez Villafuerte agregó que a los trabajos en la catedral, aunque lucen terminados, todavía se les van a añadir detalles cosméticos, como piezas de bronce, en el lugar del obispo, Juan Pedro Juárez Meléndez.
Añadió que el proyecto para la adecuación litúrgica fue diseñado por Fray Gabriel Chávez de la Mora, quien también es uno de los tres encargados de la última modificación del altar de la Basílica de Guadalupe, y falleció en diciembre de 2022.
Miguel Ángel Martínez | Tula de Allende
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