Eres más fuerte de lo que crees

Queridos lectores, el día de hoy escribiré sobre un tema que todos tenemos que considerar en estos tiempos.

Todos somos mucho más fuertes de lo que creemos, pero esa fortaleza no va a emerger si solo estamos dispuestos a vivir desde lo cómodo, lo conveniente. Cuando enfrentamos con valentía eso que tanto miedo nos da enfrentar, nos convertimos en una persona que podemos llegar a ser. Sé que no es fácil  el cambio personal, es un proceso lleno de resistencias y de miedos, a todos nos pasa, pero dejar que el miedo nos domine y quedarnos solo en la comodidad de lo que nos resulta sencillo y apacible, es quedarnos en lo que ya conocemos, en el viejo yo, en lo de siempre; así no podrás ser una mejor persona y sé muy bien esto porque durante muchos años  yo justifique esta falta de iniciativa usando la típica frase de “es que es muy difícil”, y hoy sé que esta afirmación me detuvo y fue un terrible obstáculo para mí, porque escondía esta presuposición tan dañina, solo quiero lo fácil, lo conveniente, lo dulce; si es difícil, si duele, si supone un desafío o si me incomoda, no lo hago; no tengo ni el coraje ni la fortaleza para lidiar con la más mínima dificultad en mi vida, me da miedo de salir de mi trampa de seda.

Todo crecimiento tiene cierta incomodidad, salir del viejo yo se siente incómodo porque nos tocan encuentros, sentir bloqueos, estamos acostumbrados en lo que menos molesta. Pero las dificultades no pueden ser sorteadas para siempre, aparecen tarde o temprano muchas veces derribando la puerta de nuestro palacio de cristal de manera súbita, todos experimentamos dolor en esta vida, a veces uno inmenso, pero sabiendo que el dolor forma parte de la vida pueden transitarlo con entereza y no te despedace.

¿Cómo vamos a enfrentar adversidad si nos gusta lo fácil, lo cómodo? Poco a poco tenemos que cambiar esta autoperfección tan pobre, tenemos que reunir la valentía que tanto nos negamos, que nos acecha cuando más la rechazamos, tenemos que aprender a relacionarnos de manera diferente con el miedo, ese compañero de viaje que siempre va a estar ahí y que tiene mucho que enseñarnos, como mínimo nos enseña a ser más valientes, el coraje y la valentía existen porque existe el miedo, así que, aunque no sea fácil, es nuestra responsabilidad convertirnos en esa persona que podemos llegar a ser.

Hay en ti mucho más de lo que crees, hay una fortaleza que va a salir cuando sea necesario, esa resiliencia, esa capacidad para enfrentar tus miedos y salir fortalecido.

¿Cómo me convierto en esa persona que quiero llegar a ser? Tienes que salir de tu cajita esa llamada zona de confort, aprender cosas nuevas y conocer lo que desconoces. Los que se atreven a salir y enfrentar ese miedo, los que miran de frente a la oscuridad, afuera les esperan cosas que les transforman como una mariposa que sale del capullo y no es una metáfora, la ciencia hoy nos muestra que cuando voluntariamente enfrentamos una situación que nos da miedo, lo hacemos con responsabilidad, entereza y decisión, el sistema nervioso cambia, nuevos bioquímicos son liberados, nuevos sentimientos y pensamientos emergen, hasta los genes modifican su expresión y pasa muy rápido, somos seres que esconden un gran potencial, pero ese potencial no va a salir a menos que te desafíes a ti mismo, la tensión generada por la nueva situación que antes no te atrevías a enfrentar desbloquea estas partes de ti que dormían cosas, que estaban en ti pero que desconocías por completo se revelan, si es capaz de la adversidad, la dificultad, la maldad y la brutalidad porque no soportas que toda esta oscuridad forme parte de la vida, sino aceptas que hay sufrimiento en la vida vuelves a tu cajita, te quedas ahí donde todo es seguro y la persona que podrías llegar a ser nunca se muestra.

Ya sé que la filosofía de la nueva era te vende que basta con decir “yo soy luz” y repitiendo eso ya es suficiente para convertirte en una especie de ente iluminado, pero no lo es; decir “yo soy luz” no es buscar activamente la luz en ti y encontrarla, la única forma de encontrar la luz que en verdad eres, es confrontar la oscuridad, si no la enfrentas como es debido, tu oscuridad te acecha para siempre y te devora, quedas eternamente en esa cajita sabiendo que nunca lograste nada, que nunca emprendiste el viaje verdadero. Nuestra personalidad tiene un lado oscuro que contiene todo eso que rechazamos de nosotros mismos. Tal y como decía Carl Jung, todos cargamos con instintos y deseos que reprimimos, frustraciones enquistadas, conductas moralmente inaceptables que pretendiéramos satisfacer, hacemos todo lo que está en nuestras manos para enterrar ese dolor en el sótano del ser, así evitamos reconocer que no somos tan buenos como nos gustaría pensar, y mientras nos ahorramos ese mal trago, también nos alejamos del autodesarrollo y atrofiamos nuestras fortalezas internas, esta desaprobación oculta de nosotros mismos también se proyecta en los demás.

Volvernos conscientes de estas sombras es doloroso, pero la única forma de alcanzar la libertad personal es poniéndonos cara a cara frente a nosotros y enfrentándonos a eso que tanto miedo nos da a nosotros mismos. Sal de ahí, haz lo que tengas que hacer y emprende el viaje, vas a descubrir que, aunque el sufrimiento, la maldad y la insensatez son intensas, tu capacidad para superarlos es mayor y merece la pena vivir a pesar de que allá fuera hay cosas terribles y aquí adentro todavía queda mucho por iluminar.

Trátate como si te importaras.

En el siguiente artículo continuaremos con este tema.

Como siempre. les deseo larga vida, salud y prosperidad.

Hasta la próxima

Alberto Tristany Zarauza