El Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) dio a conocer el rescate realizado en la región Tula, de un entierro humano de sexo femenino acompañado de una ofrenda cerámica.
Se descubrió, se detalla, “un entierro humano de sexo femenino, acompañado de una ofrenda cerámica consistente en una vasija con asa, un sahumador del tipo Alicia Calado, un cajete tipo Rebato Rojo Pulido y una vasija tipo Plumbate con forma de Guajolote. Estos objetos datan aproximadamente del 900 a 1150 d.C. Además, entre los objetos descubiertos, fue identificado un caparazón de tortuga”.
Para salvaguardar el patrimonio arqueológico, la dependencia federal no reveló la zona donde se localizaron los vestigios, solo señaló que se encontraron en alguno de los antiguos talleres de cerámica de los barrios que existieron dentro del polígono que comprendía la vieja Tollan.
El INAH añadió que dicho tributo, consistente en una vasija con asa, un sahumador tipo Alicia calado, un cajete Rebato rojo pulido y una vasija plumbate con forma de guajolote.
Asimismo, la dependencia externó que, de acuerdo con las investigaciones, los objetos datan de entre los años 900 y 1150 d. C.
En los utensilios se identificó un caparazón de tortuga que pertenece a un contexto doméstico de un taller de lítica tallada.
En el caso de la vasija plumbate, el instituto explicó que es un elemento que muestra la importante interacción de la cultura tolteca.
El guajolote, de acuerdo con información del INAH, era muy preciado en época prehispánica, no solo por ser comestible, sino porque con sus huesos se hacían instrumentos como agujas o punzones y con las plumas elaboraban ornamentos corporales.
Con información de Miguel Martínez
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