Por sus pérdidas, continúan como un “enorme dolor”, que ya no quisieran platicar ni recordar, sino olvidar.
Familiares de los 137 fallecidos en la explosión del 18 de enero de 2019, en San Primitivo, Tlahuelilpan, coincidieron en que sus pérdidas continúan como un “enorme dolor”, que ya no quisieran platicar ni recordar, sino olvidar.
María Guadalupe Reyes Cornejo, quien en el estallido perdió a su hijo Cruz Emmanuel Reyes, manifestó que la explosión del ducto fue un evento que la marcó de por vida para mal, por lo que ya no quisiera revivir las memorias.
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Incluso, aseguró que ninguno de los deudos quisiera revivir, tanto así, que este año, en el que se cumple el quinto aniversario de la deflagración, casi se olvidaban de hacer protocolos o de solicitar apoyos.
Agregó que los dolientes siguen realmente afectados, que a pesar de que han hecho equipo y algunos, amistad, durante estos cinco años no se reúnen en otra fecha que no sea el 18 de enero, pues todos quieren olvidar ese evento.
Señaló que este lunes, a tres días del quinto aniversario, acudieron a entregar los oficios correspondientes a las alcaldías de Tlahuelilpan y Tlaxcoapan, donde les dieron buena respuesta.
En este sentido, explicó que Tlahuelilpan se encargará de aportar tres lonas, agua embotellada para 500 personas e instalación de sanitarios portátiles, mientras que Tlaxcoapan se encargará de facilitar 400 sillas, un templete para la ceremonia religiosa que habrá en la zona cero mañana las 16:00 horas, equipo de audio, la limpieza y el riego del terreno.
Además, también dotará de dos coronas y cinco arreglos florales. Una de las mujeres que integraron la comisión de deudos —quien decidió reservar su identidad— acusó ante el secretario general de Tlaxcoapan, Víctor Reyes, que en Tlahuelilpan los desconocen, porque les dijeron que no son de ahí.