Llamó a orar por las víctimas de feminicidio
El arzobispo de la Provincia Eclesiástica de Hidalgo, Domingo Díaz Martínez, encabezó hoy, “Viernes Santo”, el Viacrucis por las principales calles de Tulancingo, el cual este año fue dedicado a las familias.
El recorrido comenzó a las ocho de la mañana desde la Catedral Metropolitana, con la presencia de dos sacerdotes y numerosos feligreses reunidos frente al céntrico jardín La Floresta.
Durante el Viacrucis, monseñor Domingo Díaz recordó en cada una de las 14 estaciones las dificultades que enfrentan las familias y alentó a la reflexión a las más de mil personas que acompañaron el recorrido de Jesús hasta la cruz.
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El prelado también reflexionó sobre la importancia de los matrimonios unidos para evitar caer en la infidelidad, el respeto y cuidado hacia las mujeres, así como las familias que viven en países en guerra o son víctimas de violencia.
“Cuando oramos, llenamos nuestro corazón de amor. La oración es una buena costumbre que no se debe olvidar en las familias. Nuestros abuelitos nos enseñaban a orar. El amor es necesario para entendernos, vivir en paz y en familia. No hay que perder la buena costumbre de orar. Orar en familia”.
En la Tercera Estación del Viacrucis, el arzobispo llamó a fomentar el respeto, “algo que se ha perdido en las últimas generaciones, y lo vemos con las autoridades, ya nadie tiene respeto a las autoridades”.
Ante ello, conminó a fomentar este valor en las familias: “Respeto a papá, a mamá, al tío, al hermano, a las autoridades. Lo contrario nos lleva a la violencia”.
Además, afirmó que la familia es el núcleo fundamental de la sociedad y pidió recordar que las buenas personas se forman en casa.
Instó a asumir la responsabilidad de los actos, mejorar la conducta en casa, ayudar en las labores del hogar y fomentar el buen trato en niños, jóvenes y adultos.
Obispos, sacerdotes, ministros y fieles participaron activamente en el Viacrucis, que se basó en testimonios familiares con problemas y dificultades, pero siempre poniendo a Dios por delante.
Insistió en el llamado a la comunidad católica para que no pierda la buena costumbre de creer en Dios, asistir a misa y fomentar el amor, “porque los frutos son abundantes para el bien de las familias”.
A los padres de familia presentes, les pidió respetar y acompañar la vocación elegida por sus hijos, no solo religiosa, fomentar el perdón para evitar el odio y el rencor, y rechazó todo tipo de violencia contra la mujer, especialmente conminó a orar por las víctimas de feminicidio.
Este 2024 fue declarado en la Arquidiócesis de Tulancingo como el “Año de la Familia“, razón por la que en el Viacrucis se reflexionó sobre la célula más importante de la sociedad.”