En conformidad con las regulaciones de tráfico de la Ciudad de México, los niños menores de 12 años o aquellos que no alcancen una estatura mínima de 1.45 metros deben ocupar el asiento trasero de los vehículos.

Esta medida se establece con el objetivo principal de salvaguardar su seguridad en caso de cualquier eventualidad en la carretera. Es crucial que utilicen sistemas de retención adecuados, como las sillas especiales para niños, que estén correctamente ajustadas al automóvil para evitar movimientos bruscos durante el trayecto.

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Incumplir con estas normativas puede conllevar sanciones económicas que oscilan entre los 542.85 y mil 85.70 pesos, dependiendo de la gravedad de la infracción. Además, los conductores podrían enfrentar la pérdida de puntos tanto en la placa del vehículo como en su licencia de conducir.

No obstante, existe una excepción a esta regla: en caso de que el automóvil carezca de asientos traseros o no haya suficiente espacio para acomodar a los niños en la parte posterior, se les permite viajar en el asiento delantero. Sin embargo, es imperativo que utilicen sistemas de retención adecuados y que se desactive el airbag del pasajero para evitar posibles riesgos.

Es fundamental no subestimar estas normativas, ya que la seguridad en los desplazamientos es una prioridad. Se insta a que siempre se prefiera que los niños viajen en el asiento trasero del vehículo, donde están más protegidos en caso de colisión u otro percance en la vía.