La ola de calor en la CDMX golpea a poblaciones callejeras
 
Hace (10) meses
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Foto: Animal Político

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Christian, quien forma parte de la población en situación de calle de la Ciudad de México, sufrió quemaduras de segundo grado durante la ola de calor, por haberse quedado dormido sobre el asfalto bajo el rayo del sol. Sus heridas quedaron expuestas por varios días debido a que no recibió atención médica, ya que buscó apoyo por su cuenta, pero no le hicieron caso hasta que acudió al Hospital General Balbuena acompañado por activistas de la asociación El Caracol.

Como parte de las acciones de apoyo a poblaciones callejeras de la capital, la organización realiza recorridos por los principales puntos de pernocta para regalar vasos con agua y electrolitos, con el objetivo de prevenir afectaciones por las altas temperaturas. En el caso de Christian, a quien activistas encontraron lesionado, lo llevaron al hospital para ser atendido y lo apoyaron para comprar los medicamentos necesarios.

Aunque las autoridades de la CDMX hasta ahora niegan la existencia de personas con afectaciones graves por la ola de calor, en las dos semanas que lleva con esta campaña El Caracol ha documentado casos de insolación, deshidratación e incluso el fallecimiento de una mujer, quien —de acuerdo con los dictámenes forenses— murió por un paro cardiaco; sin embargo, sus compañeros de calle mencionan que presentó malestares por estar expuesta al sol sin agua ni algún tipo de protección.

Luis Enrique Hernández, director de la asociación, explica que esta población —de aproximadamente mil 220 personas, según un censo del gobierno capitalino de 2020— es particularmente vulnerable frente a fenómenos climáticos, dado que no cuenta con espacios para resguardarse. En el caso de los golpes de calor, esto implica que estas personas pasen todo el día expuestas al sol, no tengan acceso al agua y se sienten a descansar o duerman sobre el asfalto que alcanza temperaturas que, como ocurrió con Christian, pueden provocar quemaduras.

“Esta población tiene una salud en sí misma comprometida por la vida en la calle y, bajo fenómenos como han sido el COVID, el frío y ahora el calor, se ven más expuestos a tener algún desenlace fatal”, alerta.

Para El Caracol, organización con 30 años de trabajo a favor de las poblaciones callejeras, esta no es la primera experiencia con una jornada de hidratación. Hernández menciona que en años anteriores han hecho recorridos para regalar electrolitos, aunque no por la ola de calor, sino para disminuir las afectaciones que pueden tener quienes son usuarios de drogas.

Además, los educadores comparten con ellos información sobre qué hacer en caso de presentar malestares, aunque para quienes no cuentan con una vivienda ni con recursos económicos es difícil tomar medidas de prevención.

Nota relacionada: Calor continuará y lluvias comenzarán hasta finales de junio

“¿Qué podemos hacer? Nada”

Al mediodía, cuando hay poca sombra en las calles del centro de la ciudad por la posición del sol en el cielo, es difícil encontrar a quienes viven en las calles, ya que se mueven conforme encuentran espacios para resguardarse de los hasta 32 grados centígrados de temperatura que se han alcanzado en los últimos días. Es por eso que, para dar con ellos, la “brigada roja” —autonombrada así por el color de sus uniformes— recorre varias calles de las zonas donde históricamente se han ubicado asentamientos.

En la zona del Monumento a la Revolución, las educadoras de la asociación se encuentran a María, una mujer trans que vive con discapacidad en situación de calle, quien ya las conoce y las saluda gustosa, acepta el vaso de electrolitos que le ofrecen y las conduce, apoyada con unas muletas, hacia el costado de un edificio de gobierno, donde reposan a la sombra varias personas más formadas en una fila, a la espera de que lleguen a regalarles comida, a la 1:30 de la tarde.

María se sienta mientras sus compañeros hacen una nueva fila, esta vez por un vaso de agua. Algunos aceptan participar en una actividad preparada por las educadoras de El Caracol, que conversan con ellos sobre los malestares que han presentado en los últimos días a causa del calor: agotamiento, sudoración excesiva, deshidratación e incluso desmayos.

En seguida, les preguntan: “¿Saben qué hacer en estos casos?”.

María responde que se echan aire, buscan sombra y tratan de conseguir agua, recurso que cada vez resulta más escaso.

“¿Qué podemos hacer? Nada, solo nos echamos aire, tratamos de estar en la sombra y nos echamos agua, aunque bueno, ¿de dónde? Ya no prenden las fuentes de Revolución y en las gasolineras, donde antes nos regalaban de las mangueras, nos dicen que ya no porque no hay, la única opción es comprarla, ¿pero con qué? En la tienda una botella cuesta 15 o 20 pesos y no alcanza para un baño; además, con ese dinero a veces lo que uno está buscando es algo de comida”, lamenta.

“La estamos pasando mal, porque para nosotros es difícil pensar en medidas de cuidado, incluso a veces tenemos problemas para encontrar una sombra donde no nos corran, pero se hace lo que se puede, y yo digo, si no me morí cuando perdí la pierna, menos por el calorón”, expresa.

Poblaciones callejeras
La ola de calor en la CDMX golpea a poblaciones callejeras | Foto: Animal político

“Todos estamos expuestos, hay que ser solidarios”

A nivel nacional, se ha reportado el fallecimiento de ocho personas por causas relacionadas con la ola de calor, según datos de la Secretaría de Salud federal. En algunos estados, como Sonora, la temperatura ha llegado a los 50 grados.

En la CDMX, las autoridades implementaron puntos de hidratación en 232 centros de salud y anunciaron operativos para regalar agua a poblaciones callejeras. Sin embargo, Hernández considera que las acciones que se han emprendido desde algunas asociaciones civiles y dependencias de gobierno son insuficientes para la cantidad de personas que se encuentran en esta situación, por lo que hace un llamado a la ciudadanía para solidarizarse con ellas.

“Todos estamos expuestos a este tipo de fenómenos, que son cada vez más extremos a causa del cambio climático, por eso hay que ser solidarios. La pandemia de COVID-19 nos enseñó que podemos ser empáticos, que podemos compartir con quienes se encuentran en situaciones menos afortunadas; a veces una botella de agua fría o un poco de protector solar puede hacer la diferencia para que no la pasen tan mal en la calle”.

Con información de Animal Político

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