Los policías estadunidenses que mataron el pasado 19 de octubre al mexicano José Alfredo Castro Gutiérrez sabían que estaba teniendo un ataque de pánico por la esquizofrenia que tenía diagnosticada.
Estaba descalzo y portaba en sus manos solo su celular y un pedazo de cortinero cuando corrió hacia ellos pidiendo ayuda, según consta en videos de los uniformes de los policías de San Diego, publicados por el Departamento de Policía de dicha ciudad este miércoles.
Lo que recibió fue una descarga eléctrica, un tiro de una bala de goma y un disparo con arma de fuego que terminó con su vida.
De acuerdo con el abogado de la viuda de José Alfredo, Eugene Iredale, horas antes del encuentro el mexicano originario de Mexicali tuvo una crisis potencializada por la metanfetamina que tomó para automedicarse.
Iredale proporcionó a Reforma videos grabados por la casera, en donde se observa a José Alfredo vestido con bermudas y una playera de tirantes, empapado de sudor y respirando agitadamente en su habitación.
“¿Por qué no salieron cuando me gritaron estos vatos todo el día?”, preguntó José Alfredo en las imágenes.
“Todo está bien, hermano”, le dijo la casera, como da cuenta el video.
“No, ustedes me quieren hacer daño”, respondió José Alfredo.
Tras dicha conversación, este comenzó a romper la ventana de su habitación, por lo que la casera llamó por teléfono a la Policía de San Diego.
En la llamada al 911, a las 4:26 horas de la madrugada, ella pidió ayuda de los agentes para calmar al hombre de 49 años, quien, de acuerdo con su testimonio, trataba de romper la ventana y parecía querer aventarse por ahí.
“¿Pueden mandar a alguien ya?”, insistió la casera.
Minutos después de la llamada, al menos cinco elementos uniformados arribaron afuera de la casa.
Tanto en los videos del Departamento de Policía, como en uno proporcionado por el abogado de los familiares de la víctima, muestran que José Alfredo corrió hacia los elementos de seguridad con un tubo de un cortinero antes de que le dispararan con una bala de goma, le dieran una descarga eléctrica con un teaser y un tercero disparara con arma de fuego.
“Ayuda”, gritó el mexicano antes de ser abatido por los policías estadunidenses.
“Tíralo”, le pidieron los agentes.
José Alfredo cayó al piso y en los siguientes segundos fue inmovilizado.
En entrevista con Reforma, Eugene Iredale afirmó que los policías utilizaron la fuerza excesivamente porque José Alfredo no representaba un peligro para ellos.
“Los policías necesitan cambiar su teoría del uso de fuerza, su manera de hacer su trabajo. Es por este tipo de cosas que en este país estamos con Black Lives Matter y todo, en una lucha para determinar de qué manera la Policía va a hacer su papel en la sociedad”, expresó.
“Está bien claro que este uso de fuerza letal no está justificado, no era necesario para la Policía defenderse. El uso del teaser y las balas de goma habrían sido más que suficiente para defenderse”.
El abogado destacó que José Alfredo tenía temor de todo y no quería hacerle daño a nadie.
“Según la casera, él pidió muchas veces que llamara a la Policía y pensamos, no sabemos por qué él está muerto, pero pensamos que él está corriendo a ellos para protegerlo porque él piensa que lo podían proteger contra los fantasmas de su mente. No era un peligro para nadie”, afirmó.
Isabella González Von Hauske I Agencia Reforma