Entre aguas negras, mal olor, basura y moscas viven habitantes damnificados y animales de la colonia Ciudad Renacimiento, en la zona alta de Acapulco, que aseguran que a 24 días de la llegada del huracán Otis ninguna autoridad los ha ayudado a reconstruir sus hogares y limpiar sus calles.

Láminas, árboles caídos y autos totalmente destruidos, en medio de montañas de basura, son solo algunas de las cosas que ya forman parte del ambiente de esta población, considerada como una de las más afectadas del municipio, que está a tan solo 11 kilómetros de la costera.

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En una calle totalmente bloqueada por los restos que dejó Otis, Lorena, una joven mujer con dos hijos, asegura que incluso se tuvo que ir a vivir a otro lugar temporalmente para evitar que sus niños se enfermaran, pues no tenían luz y en las noches hay muchos mosquitos, por lo que pide a las autoridades hacer todo lo posible por ayudarlos a recuperar sus vidas.

“No se olviden de aquí de Renacimiento. Paseo Río de la Sabana, que es la parte que pienso yo que es un poco más afectada, se inundó más, que está más lleno de basura y prácticamente se ve que (está) más olvidada”, dice.

Ante la ausencia de un lugar dónde depositar sus pertenencias, los vecinos de la zona incluso han optado por sacar a las calles cosas que les quedaron totalmente inservibles como colchones, sofás, estufas, refrigeradores y hasta la basura que siguen generando, por lo que consideran que la zona conocida popularmente como “la Rena” ya es un foco de infección.

Al testimonio de Lorena se suma el de Guadalupe Martínez, una mujer de aproximadamente 70 años, que platica que, para poder acceder a un poco de agua potable, tienen que caminar entre las aguas negras y el lodo, pues aún no les conectan el servicio.

“Hemos vivido muy mal porque nos inundamos, perdimos todo, la calle nos la han abandonado, mire cómo nos tienen, en medio de los cerros de basura y del agua sucia, que nos estamos enfermando ya de dengue, de hongos, y no nos hacen caso. Una semana más y no nos vienen a limpiar”.

“Yo quisiera decirles que nos hagan caso. Que no nos abandonen como estamos, nos tienen muy olvidados, que hagan algo por nosotros”, agrega.

“Lo hemos perdimos todo”

Mientras Animal Político documentaba una de las calles que permanecen cerradas debido a que tres carros quedaron bajo los escombros de un poste de luz, que cayó por la fuerza del huracán, un amable comerciante de nombre Enrique Emigdio de Jesús, que vive con su esposa y dos hijos, interrumpe la escena para invitar a este medio a documentar los estragos provocados por Otis dentro de su casa.

-Si quiere ver lo que de verdad es bueno pásele por acá-, dice con una risa nerviosa.

Habitación por habitación el hombre va enumerando los daños que sufrió su casa, en gran parte debido a que el nivel del agua llegó por encima del metro de profundidad.

“He estado durmiendo allá afuera en un camastro, porque pues a dónde dormía. Ni donde acostarnos o en sillón… le pedí al vecino un camastro y me lo prestó. Ahí dormía, con miedito de que pase algún delincuente o algo, pero aquí cómo, lleno de lodo”, dice.

De esa forma muestra los colchones mojados, el refrigerador inservible, cómo el viento se llevó todo su techo, que era de láminas, cómo se echo a perder uno de sus carros (Tsuru 2009), que estaba dentro de su hogar, mientras que otro (un bocho) es uno de los tres automóviles que yacen afuera, debajo de los escombros.

“Poco a poco he ido sacando lodo. Y medio voy acomodando aquí y acá, pero esto ha sido lo peor para nosotros, vivir este huracán. No nos lo esperábamos. Gracias a dios, porque pues siquiera aquí me dejó este pedacito de galera, pero allá se llevó todas las láminas. Lo que es de la parte de atrás y de otra galerita que tenía allá atrás. Es mucho, definitivo, lo que hemos perdido”.

De repente, mientras explica que ni la Guardia Nacional ni la policía estatal o del municipio han hecho patrullajes en su calle y que tampoco han llegado despensas ni les han conectado la luz, aquel amable hombre que hace apenas unos instantes era todo sonrisas nerviosas y explicaciones detalladas comienza a llorar.

“Ahora sí que lo que les podemos pedir a las autoridades es que nos apoyen por lo menos en lo que más se necesita, por ejemplo, una cama… definitivo ha sido muy triste todo esto y pues para mí sí ha traído tristeza, pues porque le digo, estamos de manos cruzadas porque no se puede hacer nada y ahora sí que estamos esperando a lo que el gobierno nos pueda apoyar. Eso es lo que queremos”.

“Pero cuando quiera, de verdad, esta es su casa”, asegura al momento de despedirse.

Vecinos acusan abandono por parte del Gobierno

Como parte del apoyo que el Gobierno Federal ha prometido a las poblaciones de Acapulco y Coyuca de Benítez, tras el paso de Otis, el pasado 1 de noviembre el presidente Andrés Manuel López Obrador presentó un “Plan de atención a la población afectada por el Huracán”, en el que planteó que se entregaría una canasta básica semanal por tres meses a los afectados.

Los pobladores de la colonia Renacimiento aseguran que las entregas de las despensas han estado bajo la administración única de la Secretaría de la Defensa Nacional y la Marina, pero debido a que no las entregan casa por casa a veces llegan a saltarse hogares, como es el caso de Enrique, o no traen la suficiente para todos.

En el mismo plan de atención, la administración de López Obrador garantizó un apoyo para viviendas de 8 mil pesos (a todas) y de 35 mil a 60 mil pesos, dependiendo el grado de afectación.

Para tener mejor organización en la entrega de los “apoyos”, el Gobierno levantó un censo casa por casa con los llamados servidores de la nación. Sin embargo, los vecinos aseguran no tener más información respecto a las fechas de entraga o los montos.

“Sobre los censos no nos han dado respuesta de cuándo se va a ver los resultados, no sabemos”, dice Verónica.

Como parte del mismo plan, el Gobierno afirmó que entregaría un apoyo para los “locales afectados”, por un monto de 45 mil pesos, pero vendedores como Indra Venancio, de enfrente de la secundaria 9, aseguran que no recibirán estos apoyos, pues sus puestos se colocaban en la calle, es decir son parte del comercio informal.

Como parte del apoyo del Gobierno de Guerrero está la gratuidad del servicio de transporte colectivo del Puerto Naval a la entrada de la colonia. No obstante, este servicio está disponible solo de 6 de la mañana a 6 de la tarde, por lo que fuera de ese horario las personas tienen que buscar otra alternativa para transportarse.

Finalmente, la adminitrración de Evelyn Salgado ha prometido apoyar a la población con máquinas escarbadoras para retirar la basura y los escombros de las calles, pero en la colonia Renacimiento solo dos máquinas estaban funcionando sobre la avenida principal este sábado, 18 de noviembre.

Los vecinos se han organizado y realizado “cooperachas” para contrarar maquinas particulares para limpiar sus calles y que los servicios como la Comisión Federal de Electricidad les conecte la luz o las autoridades les conecten el agua, pero al día de hoy, en varias calles de la colonia no han recibido respuesta.

Con información de Animal Político