El actor y fotógrafo Jorge Baldere promueve, a través de su arte, la reflexión, el análisis, la visión filosófica de la vida y el ver más allá de sí mismo (o de nosotros mismos). Hoy en día desarrolla un trabajo fotográfico acerca de las personas en situación de calle, a la vez que está en espera de convocatorias para las obras teatrales en las que participa.

Es originario de Tlaxcala, donde estudió filosofía, su análisis y reflexión, pero con el objetivo de lograr comunicar sus mensajes decidió hacerlo a través del arte escénico, de ahí que se preparó en arte dramático en el Instituto de Artes en Real del Monte.

En entrevista para FDS recordó que la película que ha marcado a varios teatreros, Noviembre, de Achero Mañas, fue significativa para él, pues tiene un argumento para quería cambiar el mundo. Con el tiempo cayó en cuenta que quizá no podía cambiar al mundo a través de la reflexión filosófica, pero sí incentivar y sensibilizar.
En el camino ha participado con la compañía de la UAEH desde diferentes ámbitos como apoyo en cuestiones técnicas y, como actor, participó en la puesta escena Medea, de Eurípides.

Después la motivación de su trabajo se modificó con la visión propia de la actuación y la responsabilidad en escena. “Venía de un proceso muy romántico, pero ya cuando te enfrentas al ámbito laboral competitivo, te das de topes. Es un trabajo que debe tener esfuerzo y calidad”.

Jorge participó también con el texto de Las plagas, de Martín López Brie, montaje en el ámbito profesional que dejó huella con alegorías como el amor, la muerte, la enfermedad, un reto más alto porque retomas las herramientas de la formación académica, pero más que nada era el discurso que iba a llegar al público.
Después, regresó a Tlaxcala, lo que le representó un evento catártico. Luego llega a Cdmx y cambia nuevamente la forma de hacer teatro.

Jorge dijo que algo importante de visibilizar y modificar en el teatro es que el mensaje sea lo más importante, que tenga más peso la palabra y la ejecución actoral, más allá del ego.

Además comentó que la dinámica del teatro y quienes lo buscan y disfrutan ha cambiado durante los últimos años. “Hoy en día ha crecido más el público cautivo, de seis años hacia atrás, los que consumían eran los que ejecutaban, pero ahora la publicidad por redes genera más convocatoria.

Recientemente Baldere ha colaborado con el montaje: La fe de los cerdos, y el director Ricardo Rojas lo invitó al proyecto Teatro Manicomio que se armó en dos fines para entrar a espacios independientes con el apoyo del Centro Cultural Helénico. Con este último proyecto tiene en la mira participar en la Muestra Nacional de Teatro.
Otro ámbito que para Jorge es fundamental es la fotografía con visión social. Actualmente desarrolla un trabajo de fotografía de personas en situación de calle.

“Quiero darles voz y reconocimiento. Hemos perdido la sensibilidad, pues nos reconocemos en ellos y nos da miedo. Eso lo descubrí en CDMX y me percaté que somos insensibles ante ellos, no los vemos. Es una sombra que es reflejo de un malestar social. Está bien que por medio del arte se les dé foco”.

Jorge comentó que en 2018 fue a sacar fotos en el parque Hidalgo, en Pachuca, donde fotografió a un indigente. Una señora que vendía dulces en la zona le pasó fotos de cuando ese señor estaba bien económica y socialmente, lo cual movió en Jorge el interés en hacer algo al respecto.

Es así como Baldere no solamente comparte una pieza artística a través de su trabajo, sino que manda un mensaje de reflexión, de visibilización y, claro, de una postura estética.

Sara Elizondo I Pachuca

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