Como un hecho inédito y crucial, y, sobre todo, como la posibilidad de generar un cambio interno en la estructura de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH), que permita “poner orden” en la casa de estudios y restablecer la vida universitaria después de décadas en la que se ha ejercido el control de forma unilateral, calificó el investigador Pablo Vargas González las movilizaciones de estudiantes.
Al recordar que, en 2006, fue víctima de despido injustificado, tras 25 años de laborar para la universidad estatal, específicamente en el Instituto de Ciencias Sociales y Humanidades (Icshu), cuyo director en ese entonces era el exrector Adolfo Pontigo Loyola, Vargas González destacó que, si bien se habían registrado otras manifestaciones, estas habían sido muy parciales.
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Ahora, el movimiento que comenzó en el Instituto de Artes (IDA) se ha extendido a toda la UAEH, pues los universitarios buscan un cambio total; es decir, que haya una renovación en la vida interna hasta llegar a la rectoría e ir “sacando” las prácticas ilegales y negativas que han “intoxicado y contaminado” a la universidad.
El excandidato de Morena a la alcaldía de Pachuca y actual titular del Colegio de Hidalgo destacó que, dadas las circunstancias actuales, también está en el escenario la definición de Grupo Universidad, cuyo líder es Gerardo Sosa Castelán, y de las autoridades de la casa de estudios, quienes han perdido toda legitimidad.
Además de tener el respaldo de la sociedad civil, el movimiento puede generar la intervención del gobierno estatal e incluso de la Secretaría de Educación Pública federal (SEP), pues si bien la universidad es autónoma, este principio ha sido usado por la UAEH para “autodefenderse con una coraza”.
“Son un grupo de facto, que tiene intereses muy específicos e individuales, que no concuerdan con los intereses generales que dicen defender”, acusó.
Yuvenil Torres | Pachuca
