El aporte de Hidalgo a la historia de México va más allá de sus tradiciones; también fue escenario de importantes episodios que ayudaron a consolidar la libertad del país
Hablar del estado de Hidalgo es evocar una tierra rica en cultura, arte y tradición. Sus monumentos, gastronomía, costumbres, y expresiones culturales reflejan el orgullo de sus habitantes.
Sin embargo, el aporte de Hidalgo a la historia de México va más allá de sus tradiciones; también fue escenario de importantes episodios que ayudaron a consolidar la libertad del país.
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Aunque muchos podrían pensar que la Guerra de Independencia solo tuvo lugar en sitios como Dolores Hidalgo, la verdad es que Hidalgo jugó un rol fundamental en esta lucha.
El historiador Víctor Manuel Ballesteros García, destacado académico y profesor de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH) , dedicó su vida a investigar el papel del estado de Hidalgo en la Guerra de Independencia.
Su obra póstuma, Síntesis de la Guerra de Independencia en el Estado de Hidalgo, publicada por la UAEH en 2005, revela que varias regiones de la entidad, como el Valle del Mezquital, los Llanos de Apan, la Sierra Alta y Tulancingo, fueron escenarios de enfrentamientos y levantamientos en favor del movimiento insurgente en 1810.
Ballesteros también subraya que, aunque el México de la época no estaba delimitado como lo conocemos hoy, en lo que ahora es Huichapan se registraron los primeros levantamientos armados en apoyo a la causa independentista. De esta forma, Hidalgo fue parte integral de los esfuerzos por liberarse del yugo español, contribuyendo al desarrollo del movimiento en todo el país.
Aunque figuras como Miguel Hidalgo y José María Morelos suelen acaparar la atención cuando se habla de la independencia, la obra de Ballesteros recuerda a otros héroes menos conocidos que fueron clave en el conflicto.
Entre ellos destaca José Francisco Osorno, un jefe insurgente que resistió desde los inicios del movimiento hasta su consumación. Osorno operaba en lo que hoy conocemos como Apan, y su liderazgo fue esencial para mantener viva la llama de la insurgencia.
Pachuca, la capital del estado, también tuvo un papel importante. El sacerdote Mariano Matamoros, quien se sumaría a la causa insurgente, desempeñaba sus labores en la parroquia de Santa Ana de la capital hidalguense, involucrándose activamente en los primeros años de la lucha.
La guerra por la independencia no pasó desapercibida en Hidalgo. Regiones como Metztitlán y la Huasteca fueron testigos de enfrentamientos cruciales entre insurgentes y realistas. Además, figuras como Nicolás Bravo lideraron la toma de ciudades importantes como Pachuca y Tulancingo, marcando momentos decisivos en la ruta hacia la liberación del país.
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Ballesteros documenta cómo estos sucesos contribuyeron de manera significativa al desenlace de la guerra, y destaca el coraje y la determinación de los hidalguenses en la búsqueda de la independencia.
Hoy, cuando recordamos la Independencia de México, es importante tener en cuenta que Hidalgo, más allá de compartir el nombre con el Padre de la Patria, fue un estado clave en la lucha por la libertad. A través de la obra de Víctor Ballesteros, descubrimos un capítulo de la historia que enriquece aún más el legado de este estado en el contexto nacional.
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Si deseas profundizar en estos acontecimientos, Síntesis de la Guerra de Independencia en el Estado de Hidalgo está disponible en bibliotecas de la UAEH y otras librerías del estado. Sin duda, el estudio de esta obra te llevará a replantear el papel de Hidalgo en la historia de México y a celebrar el mes patrio con un nuevo aprecio por esta tierra.
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