¿De dónde son las chalupas? Pachuca vs Puebla
La chalupa pachuqueña, declarada originaria de Hidalgo por el alcalde de Pachuca, genera protestas intensas en Puebla, donde el platillo es considerado un símbolo de identidad
La reciente declaración del alcalde de Pachuca sobre el origen de la chalupa ha encendido una polémica con la comunidad poblana. El edil pachuqueño afirmó que este popular bocadillo mexicano es originario de Hidalgo, lo que ha provocado una ola de protestas desde Puebla, donde la chalupa es considerada un emblema culinario.
En su versión pachuqueña, la chalupa incluye lechuga, pollo desmechado, puré de papa, queso rallado y rábano, todo sobre una tortilla específica (número 8) y cubierta con salsa de tomate. Esta variante contrasta significativamente con la chalupa poblana, conocida por su sencillez y tradición, hecha con maíz, manteca, cerdo, salsa y cebolla. La versión poblana es una receta que ha pasado de generación en generación, simbolizando la rica herencia culinaria del estado.
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El gobernador de Puebla, Sergio Salomón, ha respondido enérgicamente, afirmando su compromiso con la preservación de la chalupa poblana. “La chalupa poblana es símbolo de nuestra identidad y orgullo”, declaró en un evento reciente. Salomón también anunció planes para desarrollar un Atlas gastronómico que incluirá la chalupa y otros platillos, reafirmando su origen y tradición en Puebla. “La diversa gama de sabores y texturas de la chalupa poblana brinda una experiencia culinaria distintiva que merece reconocimiento y conservación“, agregó.
Expertos en gastronomía sostienen que, aunque el origen exacto de la chalupa es incierto, su fuerte vínculo con Puebla es innegable. Investigaciones sugieren que la chalupa tiene sus raíces en el barrio de El Alto en Puebla, donde su sencilla pero deliciosa mezcla ha deleitado a innumerables generaciones de mexicanos.
El ayuntamiento de Pachuca ha defendido su decisión, afirmando que la chalupa pachuqueña, con sus ingredientes y métodos de preparación únicos, es una variante válida que merece reconocimiento. Sin embargo, esta postura no ha apaciguado a los poblanos, quienes consideran la declaración un ataque directo a su patrimonio cultural.
Mientras el debate continúa, una cosa es segura: tanto Pachuca como Puebla seguirán defendiendo con pasión sus versiones de la chalupa.
