En México, más de 17 por ciento de la población no tiene acceso a una dieta saludable y se espera que como consecuencia de la crisis sanitaria por Covid-19 esta proporción aumente en los próximos meses, advierte un informe de la FAO presentado ayer.
En El Estado de la Seguridad Alimentaria y la Nutrición en el Mundo 2020, precisa que esto implica que más familias se verán empujadas a consumir alimentos más baratos y de menor calidad.
En México, señala, las personas con inseguridad alimentaria muestran un aumento en el consumo de cereales, tubérculos, grasas, aceites y huevo.
“Las personas con inseguridad moderada consumen un mayor número de alimentos que suelen ser más baratos en relación con las calorías que proporcionan (cereales, raíces, tubérculos y plátanos) y consumen cantidades menores de alimentos costosos (carnes y productos lácteos) en comparación con las personas que gozan de seguridad alimentaria”, apunta.
México, indica, muestra un descenso en el consumo de frutas y productos lácteos, a medida que aumenta la inseguridad alimentaria, aunque también se reporta una disminución en la ingesta de pescados, carnes, dulces y azúcares.
El informe expone que entre 2004 y 2019 la prevalencia de la desnutrición en la población mexicana aumentó de 4.5 a 7.1 por ciento, en tanto que la inseguridad alimentaria severa pasó de 8 a 11.5 por ciento.
Martha Martínez
Agencia Reforma