Un destello apareció en la penumbra de la Arena México: era el reflejo plata y oro de Místico, el original, quien volvió a brillar en la catedral de la lucha libre.
En su desfile por el pasillo de las estrellas, el ex Carístico, portando la máscara que lo encumbró, subió a todo el público a una máquina del tiempo imaginaria que los trasladó años atrás cuando el técnico, esta vez escoltado por Valiente y el Hechicero, vivía su rivalidad en noches gloriosas frente a Último Guerrero.
Y fue precisamente el Último de su Estirpe, acompañado por Gran Guerrero y Atlantis Jr., quien le dio la bienvenida a golpes, no sólo lastimando su humanidad sino también rasgando esa máscara que le costó 9 años recuperar. La primera caída culminó cuando el hijo del de la Atlántida despachó al protagonista de la noche con una quebradora.
La reacción de la tercia científica se dio por conducto del Príncipe de Plata y Oro, quien con un mortal por encima de las cuerdas puso fuera de combate al mayor de los Guerreros, mientras que el Hechicero llevó a la escuelita al vástago de Atlantis y Valiente daba cuenta del carnal del lagunero.
Aunque en la definitiva hubo un poco más de calma y se pudo disfrutar de los mano a mano, Místico puso el público a sus pies cuando en el clímax del combate rindió a su añejo rival con su patentado castigo al brazo denominado el helicóptero.
“Es histórico para mí y para el CMLL, me entrego diez veces más para todos ustedes”, Místico el original.
Staff I Agencia Reforma