Nació con el futbol en su ADN. Desde que era pequeño, su padre le inculcó el amor por este deporte y lo entrenó con la idea de que se convirtiera en un futbolista profesional, sueño que hoy está cumpliendo, por lo que Franco Jara agradece a su papá por haberlo guiado por este camino.

“Siempre tuve una familia futbolera, desde que tenía tres años mi papá ya me llevaba a una cancha y hasta a los 12 años, él fue mi entrenador, siempre agradecido por lo que me ha enseñado”, narró.

Como todo niño del barrio, su primer contacto con un balón fue jugando con sus amigos en las calles.

“Antes jugábamos con mis amigos en el barrio y el equipo más importante era Boca Juniors o River Plate y nosotros elegíamos ser los jugadores de esos equipos, yo pedía a Román Riquelme o a Carlos Tévez, mis amigos pedían a muchos más”, platicó.

Después salió de su natal Córdoba para perseguir su ilusión. “A los 14 años yo me fui a Buenos Aires, a 600 kilómetros de mi casa, con el sueño de comenzar una carre-ra en el futbol y jugar profesionalmente”, comentó.

Luego de seis años en Argentina, cumplió su deseo de emigrar a Europa, donde tuvo un paso por Benfica, Granada y Olympiacos, para después llegar a México.

“A mí me tocó desde los 20 años irme a Europa, estuve en varios equipos, creo que me fue bien, tuve constancia e hice las cosas para poder triunfar”, finalizó Jara.

Marco Iván Patiño I Pachuca