Desde la retirada de Miroslav Klose en 2014, Alemania no ha vuelto a encontrar un goleador acreditado y Hansi Flick deberá arreglárselas con los elementos de los que dispone para enfrentarse este viernes a Rumania, camino al Mundial 2022.
En el país que dio a Gerd Müller, Horst Hrubesch, Rudi Völler o Jürgen Klinsmann, cuesta imaginar el futbol sin un 9 clásico, puesto decisivo para convertir la superioridad en victorias.
No es menos cierto que los inicios de Flick como seleccionador en septiembre han sido convincentes: tres partidos, tres victorias, doce goles marcados y cero goles en contra. Pero los rivales fueron Liechtenstein, Armenia e Islandia.
Es obligado constatar que, desde el título mundial de 2014, Alemania no ha visto emerger a ningún Bombardero de la Nación (el apodo de Gerd Müller en los años 1970). Timo Werner, que parecía iba a ocupar ese rol durante sus inicios en el Leipzig, no ha confirmado las expectativas: su contador registra 19 goles en 45 partidos con la Mannschaft.
La pasada temporada, los seis mejores golpeadores de la Bundesliga fueron extranjeros. El primer alemán, Lars Stindl (Mönchengladbach), solo anotó 14 goles, muy lejos de los Lewandowski (41), André Silva (28) o Erling Haaland (27).
Contra Rumania este viernes, después ante Macedonia del Norte el lunes, podrían conformar el ataque Müller, Sané y Gnabry en los extremos, y Werner en punta. Pero, como dice Werner, “tendremos que ser todos conscientes de que habrá que aprovechar cada oportunidad”.
AFP I Berlín