México está a un paso de avanzar a los cuartos de final del Clásico Mundial de Beisbol.

La magia que la novena tricolor mostró con Estados Unidos se desvaneció por momentos pese a ganarle ayer 2-1 a Gran Bretaña.

Por tercera ocasión, el Estadio de los Diamondbacks de Arizona se convirtió en la guarida de los mexicanos, pues desde las tribunas, los fanáticos no se cansaron de cantar el “México, México, México”, pero algo pasaba con los bates.

En esta ocasión no fue Joey Meneses ni Randy Arozarena, sino Alexis Wilson la pieza clave del lineup del mánager Benjamín Gil, al remolcar las dos carreras.

Wilson, originario de Los Mochis, Sinaloa, entró al roster nacional de última hora, como sustituto de Alejandro Kirk, catcher de los Azulejos de Toronto.

Como si se tratara de una señal, horas antes del choque con los británicos, se anunció a Alexis como el catcher titular en lugar del estadounidense Austin Barnes.

En la segunda entrada, el sinaloense conectó sencillo con rodado a la tercera base, y desde los spikes de Isaac Paredes, cayó la primera.

Taijuan Walker cerró el candado durante las 4 entradas que trabajó en el montículo al permitir solo un hit, otorgar una base por bolas y recetar 8 chocolates.

Sin embargo, con el relevo de Manny Barreda, la Selección de Gran Bretaña tomó un respiro y aprovecharon la base por bolas y el robo de base de Chavez Young, quien timbró el plato para emparejar la pizarra después de un hit de BJ Murray.

En la séptima de la suerte, México nuevamente retomó el control.

Wilson encontró la bola que lanzó Tahnaj Thomas, mandándola de hit al jardín izquierdo e impulsando la carrera de la victoria.

Giovanny Gallegos, el pitcher de los Cardenales de San Luis, fue el encargado de evitar la remontada de sus rivales.

México, aún debe vencer a Canadá para pasar a la siguiente ronda.

Sineli Santos
Agencia Reforma