Muchos son los documentos judiciales de la historia urbana pachuqueña en los que se consigna bajo el nombre de La Reforma, a la que es hoy la calle de Corregidora. Es seguro que la designación primigenia derivada de haber sido el arranque del Camino para la Reforma, particularmente al poblado de San Guillermo.
Muchos son los documentos judiciales de la historia urbana pachuqueña en los que se consigna bajo el nombre de La Reforma, a la que es hoy la calle de Corregidora. Es seguro que la designación primigenia derivada de haber sido el arranque del Camino para la Reforma, particularmente al poblado de San Guillermo. Por algún tiempo fue sede de las autoridades del municipio de Mineral de la Reforma.
Por esta calle, además, circulaba el pequeño ferrocarril suburbano que conducía a ese poblado, que tras circular por la hoy calle de Morelos, remontaba su viaje por la de Reforma, hoy Corregidora, a partir de su cruce con la de Arizpe, donde fue famoso hasta hace poco tiempo el portal de la Victoria, y así de manera diagonal continuaba su periplo hasta el Surtidor de Agua, La Surtidora, para seguir por la arteria que actualmente se conoce Joaquín Fernández de Lizardi, que entonces era apenas un camino de terracería.
La primera placa fue tomada alrededor del año de 1913, en ella puede observarse en primer término, la vía angosta del ferrocarril suburbano que comunicaba a Pachuca con la Reforma, San Guillermo; en un segundo plano un comercio denominado La Primavera, probablemente expendedor de pan y en el cruce de esta vía con la actual calle de Alatriste la pulquería El Maguey hay detalles muy representativos; un ejemplar porcino a media calle, dos niños perplejos ante la cámara en el margen derecho y un grupo de hombres de a caballo que hacen su entrada en la ciudad.
La segunda imagen corresponde al cruce de las actuales calles de Morelos y Corregidora, otrora Calle de Derecha y Reforma, lograda en 1924 la placa capta al ya estropeado empedrado de la calle de Morelos y en un primer plano a la afamada pulquería Los Tres Reyes y desde luego la vía angosta del tren suburbano a la Reforma; un grupo de amas de casa en la esquina del Portal de La Victoria, el consustancial y fotogénico perro callejero y un parroquiano que se dirige a Los Tres Reyes completan la imagen de aquel Pachuca de las primeras décadas del siglo XX.