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Bety Henkel, del Indemun, se siente poderosa

Maltrato, desaire y grosería recibe muy frecuente Abel Cerón San Nicolás, director general del Instituto Hidalguense para el Desarrollo Municipal (Indemun), de parte de su subdirectora de Administración, Beatriz Henkel Escorza, cada vez que se acerca a ella para solicitarle le promueva viáticos y gasolina para sus constantes giras por el estado en cumplimiento de la agenda municipalista que está obligado a realizar durante todo el año.

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El Privilegio de decir

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Maltrato, desaire y grosería recibe muy frecuente Abel Cerón San Nicolás, director general del Instituto Hidalguense para el Desarrollo Municipal (Indemun), de parte de su subdirectora de Administración, Beatriz Henkel Escorza, cada vez que se acerca a ella para solicitarle le promueva viáticos y gasolina para sus constantes giras por el estado en cumplimiento de la agenda municipalista que está obligado a realizar durante todo el año. Acciones de no creerse, pero reales.

Tarde se le hace a Bety para poner quieto a Cerón San Nicolás, cada ocasión que se convierte en ruego, donde el funcionario le solicita vales de gasolina para realizar sus recorridos, pues siempre encuentra un pretexto para negarle hasta lo más elemental y lo único que alcanza a decir es que él ponga de su bolsa los recursos y después ella se lo repone, con factura en mano. Pero tampoco cumple. Bety es de trato rudo.

Dice y pregona Bety Henkel que su hermano es poderoso y nadie la detendrá en su aspiración de encabezar el Indemun, pues todo el personal sabe que ella es hermana del secretario de Desarrollo Económico del gobierno estatal, Carlos Henkel Escorza, apenas instalado en ese encargo a partir del 5 de septiembre de 2022, cuando Julio Menchaca Salazar lo designó secretario de gabinete.

El mismo trato reciben de Bety los directores de área de agenda municipalista, Capacitación, Vinculación y Planeación cuando se trata de gestionar apoyos para realizar sus actividades en los municipios del estado, donde deben cumplir frecuentemente parte de sus responsabilidades.

Recientemente, el Indemun anexó a sus responsabilidades la supervisión en los municipios de temas como el agua y las acometidas de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), que tienen que ver con la instalación de medidores, varillas de cobre y todos los aditamentos obligatorios que requiere esta empresa para dotar de servicio de energía eléctrica a poblados y comunidades alejadas de la entidad. Todos estos trabajos, sin apoyo de viáticos.

En contraparte, Bety se da la gran vida y pide a distintos restaurantes cercanos de menús caros que le manden a su oficina platillos gourmet para compartirlos con sus incondicionales, además que recientemente adquirió dos vehículos nuevos, una camioneta Chevrolet Trax y un coche compacto Aveo, mismos que presume en el estacionamiento del sótano de sus oficinas ubicadas en la glorieta Revolución y reprime a quien se atreva a bloquearle la salida, aunque sea por unos minutos.

Cada tema lo tiene bien controlado, cuando se trata de apoyos económicos, al grado que regatea hasta con los proveedores de material de limpieza, papelería, café, galletas y bocadillos que utilizan como insumos para eventos y reuniones de capacitación y agenda oficial, mismos ahorros que se convierten en ganancias que van al bolsillo de Bety, ante la mirada interrogante de todo el personal que no acaba de aceptar los abusos y la prepotencia de esta funcionaria menor.

Antes de llegar al Indemun, Bety Henkel se desempeñó en el DIF estatal como responsable administrativa de una de las áreas estratégicas de la institución, en el gobierno de Omar Fayad, donde perfeccionó, seguramente, su afición a rascarle al presupuesto para llevarlo a sus bolsillos, pero con la atención de no dejar huellas visibles ante una probable auditoría o revisión.

Además, a Beatriz se le ha visto hacer antesala en la oficina del secretario de Gobierno acompañada de otros de sus familiares con la intención de aliarse y de convencer a Guillermo Olivares Reyna que ella es la mejor opción del Indemun y de colocar a su parentela en lugares estratégicos. Maniobra equivocada de esta funcionaria avariciosa.

Abel Cerón San Nicolás, director general, de trato amable y experiencia acumulada por largos años, seguramente, no alcanza a comprender el camino tortuoso que vive cotidianamente en esta área, donde, a pesar de los inconvenientes, está entregando buenas cuentas a su amigo Julio Menchaca Salazar.

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