Ahora, jugar al póker es un fenómeno de masas, consecuencia de su apego a las nuevas tecnologías, lo que ha posibilitado universalizar este juego de naipes, con un aumento de sus seguidores y de los torneos oficiales que se organizan entre los profesionales que viven de moverse entre cartas. Y México no es una excepción.
A estas alturas, todos los mexicanos han escuchado el término póker e incluso se han aventurado a echarse alguna partida (se estima que el 40 por ciento de la población accede a algún tipo de plataforma online) de manera responsable y sea gratuita o con pesos mexicanos sobre una mesa de tapete verde. E incluso, más allá de acceder a sitios netamente del país se han aventurado a acceder a casinos ubicados en otros países. La digitalización permite jugar con contrincantes de otras naciones y en plataformas alejadas de México. Esto, matizando, se debe más a un tema de profesionales, como veremos más adelante. Ahora, ya que se han interesado por el póker, ¿saben cuáles fueron sus orígenes? ¡Veamos cuáles son sus principales hitos históricos!
Orígenes en la antigua Persia
Como sucede en otros juegos históricos (esos que calificamos como ‘juegos de siempre), las raíces del póker se establecen en los antiguos territorios de Persia, y concretamente en un juego de naipes que los habitantes de esas tierras denominaban As Nas. Era una especie de baraja de 25 cartas en donde se jugaba con el objetivo de combinar cuatro de esas cartas y que éstas fueran del mismo número. Asimismo, algunos escritos revelan que quienes jugaban a esta oferta de ocio también debían de demostrar algunas cualidades similares a las que se encuentran en el actual póker: estrategia y el ‘engaño’ al oponente. Esto, por otra parte, es una constante en cualquier otro tipo de juego. Ahí también está la habilidad de ganar, que no de hacer ningún tipo de trampa.
La mayoría de los historiadores coinciden en estos antepasados, aunque algunos se desmarcan y sitúan los orígenes del póker en Francia, en un juego en el que se empleaban únicamente tres cartas y donde también se apostaba en función del baremo establecidos en esta baraja. También hay algún texto acerca de un juego similar en la antigua Gran Bretaña e incluso en China, de donde sí existen pruebas claras acerca de juegos parecidos a las versiones más tradicionales del póker.
Sea como fuese, el póker fue creciendo y adaptándose a las diferentes civilizaciones y culturas hasta situarnos a comienzos del pasado siglo XIX. Entonces, en los Estados Unidos, en las cercanías de Nueva Orleans, se vivió uno de los grandes episodios en la historia de este juego de póker. Los antiguos colonos (de ahí su reivindicación histórica que se comentaba anteriormente) comenzaron a otorgar cierta popularidad a este juego, con la baraja de los 52 naipes. De forma súbita, el póker se extendió por todos los Estados Unidos.
Desde entonces, todas las generaciones que han ido surgiendo se han ido enamorando de la fascinación de jugar una buena partida de póker. Los torneos fueron apareciendo en el calendario, así como los jugadores profesionales. Sin embargo, su segunda eclosión data de tiempos más contemporáneos, concretamente coincidiendo con la revolución digital en la que todos los sectores andan inmersos.
Revolución digital e inclusión de las mujeres
La asociación del póker a Internet ha supuesto un verdadero espaldarazo a este juego de naipes, puesto que de manera rápida, el póker se ha universalizado y cualquier persona puede acceder a jugar a cualquiera de estas variedades que contiene. Al mismo tiempo, las personas más relacionadas con este juego han modificado la visión que existía sobre este juego, puesto que muchos aspectos que se valoran en el juego pueden aplicarse en el día a día de las personas: desde mantener una correcta concentración a saber mantener una respuesta ágil ante cualquier toma de decisiones. Lo mismo puede decirse de saber controlar las emociones, tanto aquellas que son positivas como negativas. Y sí, también es necesario conocer algo sobre las matemáticas y las estadísticas.
Otro elemento que se ha actualizado en estos tiempos recientes es la inclusión de la mujer en las partidas de póker. Antiguamente, y no sólo sucedía con este juego de cartas, sino con otros muchos más, el sector femenino tenía vetada su acceso a sentarse en cualquier mesa donde se movieran cartas. Las mujeres ya no están excluidas de este juego y esto también ha conllevado una mejor reputación acerca de este juego; el cual no siempre ha estado bien considerado. Este cambio de tendencia se explica con nombres como Vicky Coren, Anna Wroblewski, Vanessa Rousso, Leo Margets, Jennifer Harman, Kathy Liebert o Annie Duke. Su presencia en los grandes torneos ya no es una excepción como tampoco aquella que revela el dato de sus ganancias patrimoniales. Grandes jugadoras de póker que viajan desde Las Vegas a Asia, y viceversa.
Ahora, comprobado este ferviente fervor hacia el póker, desde los organismos públicos y privados de México se impulsa este negocio. La política es clara: ser una competencia de Las Vegas y por ese motivo se ha escogido la zona geográfica conocida como Baja California para impulsar el turismo relacionado con las partidas de póker. A este nuevo atractivo se suman otros factores interesantes para situar a México como un nuevo referente del póker. Nos referimos a sus playas, a su historia, a sus ciudades y culturas y su gastronomía. De hecho, tanto el póker como otros juegos relacionados con el azar ya tienen un importante impacto beneficioso para la economía mexicana; tanto es así que todos los juegos de azar están regulados legislativamente con el propósito de velar por el buen uso de esta oferta de ocio.
