Lucila Mariscal no la pasó nada bien en Navidad. Tras una caída que sufrió el sábado pasado se le desencadenaron varios problemas clínicos, de los que es atendida en un hospital de la colonia Roma, en Cdmx.
Antes de que le pongan una prótesis en la cadera por el desgaste óseo que presenta, y que se agudizó por el percance, la actriz deberá ser intervenida por una hernia umbilical complicada.
“Lucila sufrió una caída el sábado por la mañana y desde entonces estamos en el hospital. El médico de guardia nos dijo, primero, que tenía rota la cadera, y luego el especialista, cuando la revisó, pidió otros estudios.
“Ya cuando la valoraron nos dijeron que iba a necesitar una prótesis, pero surgió otro problema… ella tiene una hernia umbilical que no se atendió por la pandemia, no había manera, y se acrecentó y al hacerle los estudios dijeron que primero se tenía que operar eso y luego ponerle la prótesis”, detalló Elías Cañete, mánager y publirrelacionista de la comediante famosa por su personaje Lencha.
Nervioso, intranquilo y preocupado fue como se manifestó el mánager de la oriunda de Ciudad de México y quien en julio próximo cumple 80 años de edad.
“Le están haciendo ahorita (ayer por la noche) unos exámenes porque además de todo tiene la presión alta. Un momento está muy animada, otro muy deprimida y no sabe qué hacer. Está confiada en que podría mejorar, pero es un proceso larguísimo.
“Lo que es urgente, nos dijo el internista, es que se opere de la hernia umbilical porque le puede estallar y eso sería fatal. Está estable, fuera de peligro, pero sí nos quedan unos días aquí porque le harán estudios y verán cuándo la operan”, especificó Elías.
Juan Carlos García I Agencia Reforma
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