Embruja por donde pase
 
Hace (38) meses
 · 
Compartir:

La sensación internacional en la temporada de premios fílmicos es una mujer asesinada junto con sus hijos que busca justicia.

La Llorona, película guatemalteca de Jayro Bustamante que ofrece una reinterpretación de la leyenda y la mezcla con realismo mágico, terror y política, embruja allá donde pase.

Rodada con poco dinero y nulo apoyo gubernamental en un país prácticamente sin industria audiovisual, abre la herida de las masacres cometidas contra comunidades mayas entre 1981 y 1983, durante la Guerra Civil.
Ya fue nominada a los Globos de Oro, a los Satellite Awards, a los Critics Choice Awards y al Goya, y está a un paso de confirmar su candidatura a los Óscares.

Desde Ciudad de Guatemala, Bustamante, de 43 años, reconoce que su país vive de manera ambivalente este milagro de La Llorona (encarnada por la actriz María Mercedes Coroy, conocida en México por la serie Malinche).

“Estamos abordando un tema (el genocidio) muy particular, casi tabú en Guatemala. La mayor parte de las personas no quiere hablar del pasado reciente. Cree que confrontar las problemáticas del pasado para encontrar una solución no es la vía, sino que la vía debería ser no ver para atrás y olvidar.

“De alguna manera, la película no es grata para muchos, pero al mismo tiempo el cine no es solo el mensaje de la película, también tiene esta otra parte de la industria, del glamur, los premios, las noticias. Estamos confundidos. Es una cosa loca, pero no puedes disociarlos”, reflexionó.

El general Monteverde, trasunto del dictador real José Efraín Ríos Montt (condenado por el genocidio, pero cuya sentencia fue anulada por fallos procedimentales), es uno de los personajes principales del largometraje.
Viejo, enfermo y retirado, seguro de que hizo bien en acabar con indígenas con presuntos vínculos comunistas, es acechado en las noches por la Llorona, quien no le dará paz.

“En la leyenda mesoamericana, mexica o maya, la Llorona era una princesa que tenía la capacidad de ver el futuro y llorar cuando sentía que algo le iba a pasar a su pueblo.

“Quería irme más hacia allá y quitarle todo lo que el cine le ha dado a La llorona de monstruo y reivindicarla como una justiciera”.

Al igual que en novelas latinoamericanas de dictadores (El Otoño del Patriarca, de Gabriel García Márquez, o El señor presidente, de Miguel Ángel Asturias), Bustamante aspiró a humanizar al tirano.

“Se sigue diciendo que muchos dictadores que han muerto son héroes y que merecen honores. Que los muertos bajo sus mandatos merecían ese destino.

“La tesis nuestra era preguntarnos si cuando están solos en sus casas no ven fantasmas que los perturban. Si sienten culpabilidad”.

Mario Abner Colina I Reforma

Compartir:
Relacionados
title
Hace (3) meses
title
Hace (15) meses
title
Hace (15) meses
title
Hace (15) meses
Se dice
/seDiceGift.png
Especiales Criterio
/transformacion.jpeg
Suscribete
/suscribete.jpg
Más popular
Por Redacción Criterio . 18 de abril de 2024
Por Redacción Criterio . 12 de abril de 2024
Por Redacción Criterio . 18 de abril de 2024
Por Redacción Criterio . 20 de abril de 2024

© Copyright 2023, Derechos reservados | Grupo Criterio | Política de privacidad