Fidel Orantes I Agencia Reforma
Esos segundos en los que dejó ver su sexo al cruzar sus largas y torneadas piernas bastaron para que Sharon Stone se convirtiera en un símbolo sexual a principios de los 90 y para que la escena de Bajos instintos se volviera un clásico de la cinematografía.
Hoy, al cumplir 60 años, la belleza de la actriz aún impone, atrae miradas de hombres y mujeres, y, por supuesto, despierta pasiones. Pero para ella, el mérito no radica en conservar un físico envidiable gracias al ejercicio, sino en envejecer con gracia.
“De verdad, estoy tremendamente agradecida y espero seguir haciéndome vieja y ver a mis niños crecer. Amo la oportunidad que tengo de volver a trabajar, también doy gracias porque puedo hacerlo.
“¡Es increíble! Me tomó tanto tiempo poder regresar a hacer mi trabajo que hasta siento que es un sueño”, compartió la actriz en entrevista.
Su presencia genera respeto y admiración, aunque su jovialidad raya en la desfachatez. Sin miramientos, se sienta con las piernas sobre la silla. Pero también es amable y atenta (ofrece servirle un té a su acompañante) y, sin lugar a dudas, una dama.
Al calor de la charla acaba por reconocer que es consciente que la edad cobra factura, y que su físico no es el mismo de hace 30 años.
“El cuerpo se cae y, al igual que muchos, desearía ser inmune a todas esas cosas, pero ni modo, ¡así es la vida! Entiendo que así tiene que ser, tengo una gran genética y soy afortunada por la manera en que me estoy haciendo vieja, porque no es algo terrible. Dentro de todo, me siento muy bendecida por toda la situación”.
Arnold Schwarzenegger, Robert De Niro, Sylvester Stallone y Michael Douglas: todos cayeron rendidos ante Sharon en la ficción, pero en la vida real fueron el productor Michael Greenburg (1984-1990) y el editor Phil Bronstein (1998 a 2004) quienes la enamoraron y se convirtieron en sus esposos.
El actor David DeLuise y el modelo Martin Mica han sido otros de sus galanes. Y pese a que ella misma declaraba no estar interesada en una relación, a principios de año apareció con su nuevo novio, del cual no quiso revelar su nombre, pero sí que es menor que ella.
Pero ese detalle la lleva a admitir que está harta de que la edad sea un tema interminable para las mujeres.
“Si hablan de una cita que tuve, todo es sobre qué tan joven es el chico comparado conmigo; todo lo relacionan con mi edad. Si hablan sobre un papel que me dieron, mencionan si tengo la edad correcta o si luzco como debería para que me den el papel.
“A veces dicen que una actriz de 75 años parece más de 60 que yo… o que no parece que tengo 60, pero que cómo voy a hacer un personaje que tiene 40, cuando sabemos que tengo 60. Todo esto de la edad, la verdad, se me hace extraño”.
Pero aunque los únicos hombres a los que quiere impresionar son a sus tres hijos adoptados (Roan, de 17 años; Laird, de 12; y Quinn, de 11), lo cierto es que Sharon todavía despierta bajos, muy bajos instintos.
El Expediente
– Sharon Yvonne Stone nació el 10 de marzo de 1958 en Pennsylvania, EU.
– Tiene una cicatriz en el cuello a consecuencia de un accidente en su infancia, cuando el caballo que montaba corrió hacia un tendedero y ella se atoró.
– A los 17 años ganó el concurso de belleza Miss Crawford County.
– Se graduó de la Universidad Estatal de Edinboro en Escritura Creativa y Bellas Artes.
– Trabajó de medio tiempo en un McDonald’s antes de convertirse en modelo para Ford.
– Su incursión en cine fue con una pequeña participación en el filme Stardust memories (1980), de Woody Allen.
– En 1984 se casó con el productor Michael Greenburg, pero se divorciaron dos años después.
– Su primer papel importante fue al lado de Arnold Schwarzenegger en El vengador del futuro, en 1990.
– Ese mismo año posó desnuda para Playboy.
– En 1992 estelarizó la cinta Bajos instintos al lado de Michael Douglas. Su interpretación de Catherine Tramell le valió una nominación al Globo de Oro.
– Gracias al filme Casino (1995) obtuvo el Globo de Oro y una nominación al Oscar.
– Su más reciente trabajo fue la serie Mosaic de HBO.
