El titular de la Procuraduría General de Justicia de Hidalgo (PGJH), Raúl Arroyo González, reconoció que en nueve casos de personas que acudieron a iniciar una carpeta de investigación tras la explosión de la toma en la comunidad de San Primitivo, en Tlahuelilpan, se tomó la muestra genética de cónyuges y no de familiares directos.
El procurador justificó que el motivo fue porque principalmente los cónyuges fueron quienes principalmente se acercaron a la PGJH a levantar un acta por los hechos, por lo que dijo que después tuvieron que complementar con las muestras genéticas de familiares directos, lo cual no consideró como un error.
“Sí, sí claro. Porque por algo empezamos, por los cónyuges. Fueron nueve (los casos), pero esto no era una anomalía, pudimos primero haber tomado la de los hijos y después solicitar la de los cónyuges.
“¿Por qué primero la de los cónyuges? Eso también tiene una explicación, porque normalmente fueron los cónyuges quienes iniciaron la carpeta, esto es entendible”, respondió Raúl Arroyo al ser cuestionado si había casos en los que primero tomaron la muestra de ADN de parejas y no de familiares directos.
Ayer, a través de sus redes sociales la fiscalía informó que “conforme a la genética forense, la Procuraduría toma muestras de cónyuges que se complementan con la de los hijos, a fin de tener mayor certeza en la identificación de restos, luego de que medios nacionales señalaran que “por errores en las pruebas al tomar muestras a los cónyuges y no a familiares directos” la PGJH repetiría la recolecciones de ADN.
Giovanny Flores / Pachuca
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