La Gran Asamblea de Damnificados de Tula manifestó su rechazo a la ampliación y revestimiento del río Tula, pues indicó que se niegan a que el municipio reciba más aguas negras del Valle de México, ya que consideró que permitirlo implicaría el riesgo de una inundación más severa que la de septiembre pasado.

Miembros de dicho colectivo coincidieron en que no se oponen a alguna obra que les garantice que no habrá nuevas anegaciones; sin embargo, externaron que quieren “que las cosas se hagan bien”, no al vapor, pues recordaron que dentro de mes y medio comenzará la temporada de lluvias y no habrá tiempo para ejecutar un proyecto integral en el afluente.

Además, señalaron estar en contra de que se ensanche el caudal del río tulense para triplicar la cantidad de aguas negras que se envían del Valle de México.

“Estamos cansados de ser la bacinica de la Ciudad y el Estado de México, y más si representa el peligro de volver a sufrir una tragedia”, aseveró uno de los inconformes.

Asimismo, se opusieron a la tala de árboles para acrecentar el volumen de líquidos residuales captados por el río.

“Lo quieren aumentar de 250 a 600 o 700 metros cúbicos y, además, lo quieren revestir, lo que aumentaría la velocidad de las aguas y, por tanto, su nivel de destrucción”, indicó otro afectado.

Berenice Pecina Jiménez, presidenta de la Gran Asamblea de Damnificados, señaló que los miembros del organismo quieren una “buena obra integral” para que no vuelvan a ocurrir anegaciones.

Miguel Ángel Martínez I Tula de Allende

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