El copal, resina aromática vegetal, es uno de los elementos tradicionales en las ofrendas a los muertos, sobre todo en pueblos originarios.

En tianguis de la región Otomí-Tepehua el precio depende de la medida, y este va de los 20 a los 50 pesos.

“El copal es muy aromático cuando se quema, se puede percibir a grandes distancias y aunque también vendemos incienso, no es lo mismo”, refirió el expendedor Alejandro Hernández.

El copalli, dijo, lo trae de Puebla para ofrecerlo en esta zona de Hidalgo: “Aquí no se da y en estos días lo pide la gente, aunque no como antes de la pandemia, esa nos vino a afectar mucho”.

Reconoció que están sacando la mercancía que tenían, pues por la contingencia sanitaria se quedaron con existencia.

Explicó parte del proceso para tener este producto y poder ofrecerlo a sus clientes: “Se extrae el material de arbustos, haciendo un pequeño corte con una quixala y así sacar la resina, que es bien olorosa”.

Alejandro Hernández señaló que es muy tradicional de las fiestas de Todos Santos y Día de Muertos y se prende en los sahumerios.

“Más en los pueblos indígenas, no falta; dicen que, además, ayuda a purificar y tiene un simbolismo especial”, explicó.

De acuerdo con la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales del gobierno federal (Semarnat), el copal, desde la época prehispánica, ha aromatizado rituales y temazcales.

Son conocidas desde entonces como copalli, voz náhuatl que se refiere a la especie vegetal Bursera, de la que se explotan en México más de 20 especies, como el copal santo (Bursera bipinnata) y el copal ancho (Bursera copallifera). Del total de variedades, 80 por ciento habita en la costa del Pacífico.

Magda García I Acaxochitlán