Pobladores del occidente de Tula informaron que, en los últimos días —sin precisar cuándo—, personal de la empresa Kolya se ha acercado a ellos con el objetivo de expresar sus intenciones de reactivar el diálogo entre los lugareños y el ayuntamiento para la instalación de un parque fotovoltaico en 800 hectáreas del ejido San Miguel de las Piedras.
Durante una asamblea general que se sostuvo en la plaza principal de San Miguel, los colonos acusaron que en las entrevistas “en corto” que ha tenido la firma con miembros de la localidad pretenden retomar la instalación de la estación de monitoreo ambiental previamente destruida por los habitantes.
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Los lugareños manifestaron su rechazo al proyecto, a raíz de los supuestos perjuicios ambientales que este tendrá, y adelantaron que no cambiarán su postura por ninguna cantidad económica que les ofrezca la compañía.
Entre los pobladores persiste la creencia de que la instalación de las celdas solares inhibe la lluvia, de tal manera que, a donde llegan, no hay precipitaciones pluviales por varios años.
Aclararon que no se cerrarán al diálogo, pero insistieron en señalar que “no bajarán la guardia y no permitirán este tipo de proyectos”, debido a los daños y perjuicios, como sucede en Nopala.
Justificaron que su oposición deriva de que al menos 25 comunidades de Tula y localidades colindantes con Estado de México se verán perjudicadas con la carencia de lluvia, además de que para la instalación de los paneles también se deforestarían 800 hectáreas de mezquites y huizaches, pirules y encinos.
Miguel Ángel Martínez | Tula de Allende