El conflicto que se vive entre grupos antagonistas por el control de la empresa cementera La Cruz Azul, por lo pronto, se encuentra estabilizado, consideró el alcalde de Tula, Mario Guzmán Badillo.
Lo anterior, explicó el edil, toda vez que ya no ha habido hechos de inseguridad ni violencia entre simpatizantes de ambos bandos, como en años anteriores.
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Dio a conocer que desde la llegada de su gobierno, el 26 de agosto pasado, se ha mantenido el diálogo con ambos grupos por igual, tanto con los que tienen bajo control la planta del antiguo Jasso, en Tula, como los de la llamada disidencia, el otro sector de Ciudad de México.
En este contexto, mencionó que no se ha actuado ni a favor ni en contra de ninguno de los dos bandos, sino que se ha sido imparcial y solo se ha mediado entre ambos, porque, después de todo, unos son vecinos del municipio y otros tienen derechos por estar asentados en la demarcación.
“Garantizamos la estabilidad y la gobernabilidad, no nos corresponde actuar a favor o en contra de alguna de las causas, solo hacer nuestro papel como autoridades administrativas y garantizar los servicios, ya serán las instancias correspondientes quienes resuelvan qué sucederá en un futuro inmediato”, explicó.
El presidente municipal sostuvo que parece que el tema lo acaba de tomar de lleno el gobierno del estado y que estaría por resolverlo.
El conflicto por el control de la empresa se ha mantenido desde hace más de 14 años, pero se agudizó en 2020, cuando el 26 agosto de ese año se llevó a cabo una asamblea general sin convocatoria oficial para tal efecto, donde se desconoció a Víctor Manuel Velázquez Rangel y José Antonio Marín Gutiérrez, como presidentes de los concejos de administración y vigilancia, respectivamente, y en el que Federico Sarabia Pozo y Alberto López Morales se autonombraron como sucesores de Velázquez y Marín.
Miguel Ángel Martínez | Tula de Allende