Los familias se han visto forzados a hacer rendir su dinero para comprar lo necesario para el regreso a clases
En Huejutla y la región, la economía se sustenta en la agricultura, lo que no asegura recursos para comprar los útiles | Foto: Salomón Hernández
Para muchos padres de familia de Huejutla, este regreso a clases representa un momento de angustia, pues varios de ellos se enfrentan a la pérdida de empleo y la incertidumbre económica, lo que permea a la superación académica de sus hijos.
Este año, los paterfamilias se ven obligados a hacer rendir su dinero para cubrir los crecientes costos de los útiles escolares y otros gastos relacionados con la educación de sus vástagos, de acuerdo con una consulta hecha por Criterio.
En ese sentido, los precios de los utensilios que se deberán utilizar en las clases llegan a aumentar de manera considerable, lo que pone a prueba la capacidad de los padres para cumplir con las demandas de los planteles.
Cuadernos que se venden desde los 7 y hasta los 125 pesos son solo una parte de los gastos que deben enfrentar los padres de familia. A esto se suman los costos de los uniformes, mochilas, zapatos y las cuotas escolares que, aunque se anuncian como voluntarias, son prácticamente obligatorias en muchos casos, según algunas denuncias en Huejutla.
Elena Mendoza, habitante de Huejutla y madre soltera, compartió a este medio su preocupación en torno al regreso a clases.
“Siempre implica varios gastos y, en esta ocasión, considero que será mucho más, porque los sueldos en muchos de los casos no alcanzan para cubrir las necesidades básicas de las familias. Creo que buscaré ofertas para que el gasto sea menos”, expresó.
Estimó que, entre libretas, lapiceros, colores y otros útiles, el desembolso será de entre mil 500 y 2 mil pesos, una cifra “significativa para muchas familias”.
Por otro lado, otra habitante de Huejutla, quien pidió el anonimato, afirmó que “vengo a Huejutla porque considero que se pueden encontrar precios más accesibles, aunque la situación se me complica porque, como trabajo en la alcaldía, perderé mi empleo y no tengo una opción por el momento”.
Para quienes estudian la universidad, el reto es aún mayor. Eduardo Hernández Hernández, padre de familia, comentó que ha pagado hasta mil 500 pesos por cada uno de sus hijos tan solo de inscripción.
A esto se suman los gastos en ropa, zapatos y una asignación diaria de 100 pesos para su alimentación. Además, uno de sus vástagos solicitó una computadora, un concepto que, a su juicio, “será difícil de afrontar”.
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