Con una ceremonia religiosa y guardia de honor, integrantes del grupo de rescate Los Halcones de Tlanchinol, familiares y amigos dieron el último adiós a su compañero Tolentino Zenón Corrales.
El socorrista, quien era oriundo de la demarcación, murió a los 46 años víctima de una enfermedad que lo aquejó varios años.
Epifanio Melo Vite, secretario del grupo, recordó que Zenón Corrales formó parte de la Comisión Nacional de Emergencias, pero en el año 2010 se independizaron e integraron a los Halcones de Tlanchinol, acción que realizaron ante notario.
“Él siempre fue muy disciplinado; de inicio, se integró a las capacitaciones que recibimos de parte del Heroico Cuerpo de Bomberos de Huejutla”, añadió.
Dijo que su compañero era un hombre activo que, al igual que el resto de los rescatistas, prestaba sus servicios de forma voluntaria.
A la ceremonia acudió una comitiva de Bomberos de Huejutla, con quienes los unen lazos de “solidaridad y amistad”; también participaron en el último pase de lista.
Salomón Hernández
Tlanchinol
También te puede interesar En Tlanchinol, convierten un acantilado en basurero ilegal
Pobladores de comunidades de Tlanchinol manifestaron su inconformidad debido a que un barranco ubicado en la carretera estatal Tlanchinol-Hueyapa es utilizado como vertedero clandestino, lo que, señalan, representa un foco de contaminación por el derrame de lixiviados y por la concentración de fauna nociva.
Rodolfo Hernández Hernández, vecino de Hueyapa, aseveró que el tiradero improvisado es un acantilado, adonde acuden incluso personas de otros municipios a dejar sus desechos.
Agregó que cuenta con un terreno para agricultura cercano a dicho predio, por lo que cuando acude a revisar sus siembras se percata de que “las personas arrojan sin recato” la basura al precipicio; asimismo, aseguró que hay gente que no vive cerca, pero aun así lleva sus residuos sólidos para depositarlos ahí.