Según la fe de los que peregrinan al Templo de San Hipólito y Casiano el 28 de octubre (y los 28 de cada mes), San Judas Tadeo “tiene poderes”.
“Judas (no el Iscariote) le dijo: ¿Por qué Señor, estás dispuesto a manifestarte a nosotros, y no al mundo?” Juan 14:22.
Este versículo representa la única participación activa de Tadeo en los Evangelios. Básicamente, San Judas es como un extra que tiene dos líneas de diálogo en una serie televisiva de diez temporadas.
La realidad es que nadie tiene muy claro quién fue Judas Tadeo, personaje que siempre anda postrado en el fondo, como un miembro de la audiencia en una obra.
Para mucha gente, Tadeo es el mismo discípulo que traicionó a Jesús tras el episodio de la última cena. Si fuera cierto, esto cuadraría en la narrativa morbosa de un santo apócrifo y su devoción entre los partícipes de la delincuencia.
De hecho, en internet se busca si Tadeo e Iscariote son la misma persona, pero los estudios de la Biblia señalan que son personajes distintos.
Tras el episodio de la resurrección, Tadeo fue encomendado con la misión de difundir las enseñanzas de Cristo por los caminos del este. Se dice que viajó a Samaria, Edom, Siria, Mesopotamia y Persia. Incluso hay textos que sitúan al apóstol itinerante en la India, el Tibet, China y hasta Japón.
Respecto a su muerte, las versiones señalan que Tadeo fue asesinado por órdenes de sacerdotes paganos en algún lugar remoto de Persia. El martirio fue llevado a cabo entre los años 60 y 70, por decapitación. Se que su ejecución fue acompañada por la de Simón el Zelote, detalle que explica por qué ambos santos son venerados el mismo día.
El que se llame a San Judas Tadeo como el santo de las causas perdidas ha traído consecuencias para el apóstol y lo ha colocado al mismo nivel que otras divinidades, como la Virgen María.
La fascinación por Judas Tadeo se puede deber en parte al Iscariote. A causa de la mala fama con la que carga el nombre de Judas en la tradición católica, Tadeo fue reducido al rango de “apóstol olvidado”.
El culto a San Judas se debe a que se adueñó del Templo de San Hipólito en Ciudad de México, algo similar ocurrió al sur de Chicago, en la parroquia de Nuestra Señora de Guadalupe, pero a inicios del siglo pasado.
Por lo que, se dice que la devoción a San Judas es parte del fenómeno migratorio. Chicago, la tercera ciudad más grande de Estados Unidos, tiene una fuerte presencia hispánica. Según un censo de 2016, 29.7 por ciento de la población es latina.
Al ser parte de la cultura chicana, San Judas fue adoptado en ciudades fronterizas. Como santo de las causas perdidas, la gente en situaciones marginales se entrega a la devoción.
Asimismo, San Judas fue incorporado al folclor del hampa, compartiendo espacio en la vitrina con ídolos profanos como Jesús Malverde y la Santa Muerte.
Redacción
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