En la Ciudad de México, con sus 9.2 millones de habitantes, conducir se convierte en una tarea que demanda destreza al volante y hasta cierta inteligencia emocional. En un entorno de tráfico denso a todas las horas del día, la pericia al manejar es crucial para la seguridad vial, sobre todo con el uso de las direccionales.

El Reglamento de Tránsito de la Ciudad de México establece normas para asegurar una interacción armoniosa entre los usuarios de las vías. Uno de sus artículos más destacados es el referente al uso de las direccionales, que se considera obligatorio según el Capítulo 2, artículo 8, fracción IX.

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Según este artículo, “los conductores de todo tipo de vehículo deberán indicar la dirección de su giro o cambio de carril, mediante luces direccionales”. El incumplimiento de esta normativa conlleva multas que varían en su cuantía.

Las multas establecidas son de 5, 7 o 10 Unidades de Medida y Actualización (UMA), cuyo valor actual de una UMA es de 108.57 pesos. Esto se traduce en sanciones pecuniarias de 542.85, 759.99 y mil 85.70 pesos, respectivamente.

Además de las sanciones económicas, la infracción por no utilizar las direccionales resulta en la pérdida de 3 puntos en la licencia de manejo. En casos en los que el puntaje de la licencia sea demasiado bajo, se pueden imponer obligaciones adicionales, como la participación en cursos de educación vial o servicio comunitario.