En un hecho considerado como sin precedentes, los hijos de Joaquín “Chapo” Guzmán Loera, quienes han sido señalados como los cabecillas del Cartel de Sinaloa tras la detención del capo, se desligaron del tráfico del fentanilo mediante una carta, tras las acusaciones vertidas por la Administración de Control de Drogas de Estados Unidos (DEA).
Dicha dependencia ha dicho en varias ocasiones que los también miembros del grupo delincuencial Los Chapitos son los responsables del trasiego de este narcótico a territorio estadunidense y que ha causado diversos problemas de salud entre la población del país vecino del norte.
Sin embargo, se dio a conocer que los hermanos Guzmán escribieron una misiva, la cual fue entregada al equipo de la periodista Azucena Usresti y su contenido fue dado a conocer en el noticiero del canal Milenio Televisión, en el que, en pocas palabras, rechazan haber trabajado con fentanilo, negaron ser líderes del Cartel de Sinaloa “y ni nos interesa serlo”.
En cambio, refirieron que hay células del crimen organizado independientes que usan tanto el denominativo de “Los Chapitos” como el de su padre como un “acto publicitario para trabajar con total impunidad” y obtener “un reconocimiento internacional”.
Según algunos documentos sobre la investigación en contra de los hijos del “Chapo” Guzmán, varios de ellos tienen diversas responsabilidades en diversos señalamientos, como Iván Archivaldo, a quien se le atribuye ser el jefe de seguridad, o a Jesús Alfredo, acusado de la recepción de precursores químicos y fentanilo proveniente de China.
Por otro lado, Joaquín Guzmán López, alias el Güero, también es señalado se ser el principal operador del Cartel de Sinaloa, encargado del tráfico de cocaína, heroína, metanfetamina y marihuana hacia varios territorios de Estados Unidos, además de ser quien “blanquea” las ganancias.
La DEA, por su parte, ha dado a conocer que Los Chapitos supuestamente tenían tigres, los cuales eran alimentados con sus enemigos, a quienes ahogaban, electrocutaban y asesinaban con “una metralleta calibre 50” antes de ser deglutidos por los felinos, algo que los hermanos Guzmán rechazaron en su carta.
Aunado a esto, los hijos del “Chapo” Guzmán también negaron que Ovidio Guzmán participó en la tortura de uno de los sicarios de los Beltrán Leyva, identificado como el Guacho, en 2010, a pesar de que otro integrante del Cartel de Sinaloa, Dámaso López Núñez, alias el Licenciado, afirmó a las autoridades de Estados Unidos que el individuo fue llevado a una casa de seguridad en Culiacán y ahí fue golpeado con un bat de béisbol.
En cambio, los hermanos aseveraron que, en efecto, existe el fentanilo en Sinaloa, pues “abundan quienes lo trabajan”, pero rechazaron que el cartel opere con el narcótico y que, sin embargo, señalaron que las autoridades estadunidenses no han realizado investigaciones “lo suficientemente sólidas; basta con que manden un solo agente al estado, para que realmente sepan lo que pasa ahí”.
Aunado a lo anterior, también se desligaron de pugnas con otros grupos delincuenciales, como Los Zetas, luego de varios señalamientos que afirman que Iván Archivaldo y Jesús Alfredo torturaron asesinaron a tres miembros de esta asociación delictiva en 2017, en Navolato.
De acuerdo con el equipo de Azucena Uresti, la carta escrita por los hermanos Guzmán fue entregada a la periodista mediante José Refugio Rodríguez, abogado del “Chapo” y sus hijos, quien en entrevista mencionó que “me hablaron por teléfono y me pidieron que estuviera al pendiente, que me iban a mandar una nota para hacerla llegar expresamente a ustedes”.
El litigante agregó que el manuscrito no pretendía ser un mensaje dirigido al presidente Andrés Manuel López Obrador, sino como un derecho de réplica para deslindarse de las acusaciones de la DEA y como “una muestra de preocupación ante las investigaciones en su contra”; además, de acuerdo con el escrito, los hijos del exlíder del Cartel de Sinaloa son “víctimas de una persecución” y que se volvieron “un chivo expiatorio”.
Redacción web
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