La situación es alarmante para muchos residentes, como Alejandro Gómez, del barrio de Tlalpan, quien lleva más de tres meses lidiando con la escasez de agua
La Ciudad de México, una de las urbes más grandes del mundo con cerca de 22 millones de habitantes, se enfrenta a una grave crisis hídrica que podría desembocar en una situación de “día cero” en cuestión de meses, advierten expertos.
La situación es alarmante para muchos residentes, como Alejandro Gómez del barrio de Tlalpan, quien lleva más de tres meses lidiando con la escasez de agua corriente. Su experiencia es desgarradora: apenas unas horas de suministro esporádico, insuficiente para sus necesidades básicas. “Necesitamos agua, es esencial para todo”, expresa Gómez a CNN.
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La crisis hídrica de Ciudad de México se debe a una serie de factores, incluyendo la geografía, el desarrollo urbano caótico y las fugas en las infraestructuras, exacerbados por los efectos del cambio climático. Años de lluvias escasas, períodos de sequía prolongados y altas temperaturas han aumentado la presión sobre un sistema hídrico ya sobrecargado.
La extracción excesiva del acuífero subterráneo, que constituye alrededor del 60% del suministro de agua de la ciudad, ha llevado a un hundimiento alarmante de la ciudad y a una falta de reabastecimiento. Además, el sistema de suministro de agua del Cutzamala, vital para la ciudad, está actualmente en mínimos históricos, con apenas el 39% de su capacidad.
Las autoridades han impuesto restricciones significativas en el bombeo de agua de los depósitos, pero la sequía persistente y la previsión de meses adicionales de clima seco plantean un desafío cada vez mayor. La incertidumbre sobre si la ciudad alcanzará el “día cero”, cuando los grifos se sequen en amplias zonas, ha generado un intenso debate.
Si bien los funcionarios han tratado de tranquilizar a la población, algunos expertos advierten que la situación podría deteriorarse rápidamente si no se toman medidas urgentes. Aunque aún no se ha alcanzado un colapso total del sistema de agua, la desigualdad en el acceso al agua se ha vuelto más evidente, con algunos vecindarios sufriendo la escasez de manera crónica.
En este contexto, las soluciones a largo plazo son urgentes, incluyendo un mejor tratamiento de aguas residuales, la reparación de fugas y la implementación de sistemas de recolección de aguas pluviales. Mientras tanto, los residentes como Gómez y Martínez enfrentan un futuro incierto, con la esperanza de que se encuentren soluciones antes de que la crisis empeore.
La Ciudad de México se encuentra en una encrucijada, donde las decisiones tomadas hoy determinarán su capacidad para hacer frente a los desafíos del mañana.
