Estremecedor, es la palabra que mejor describe los últimos incendios forestales de la entidad. El tema ha tomado senderos verdaderamente dolorosos a pesar de que son pocas las conflagraciones que se han presentado en el estado.

Nicolás Flores ha sido hasta ahora el más afectado pues se ha tenido que recurrir al desalojo de al menos dos comunidades amenazadas por el fuego y adoptar medidas de urgencia frente al desastre que representan.

En el caso de Juárez Hidalgo, la evacuación de personas se dio debido a la presencia de grandes cantidades de humo que ponían en riesgo la salud de los habitantes.

Mineral del Chico, la zona protegida. El área de conservación que no se debió quemar. Enfrentó una vez más un incendio forestal.

A parte de los incendios en las áreas boscosas, se ha presentado en la región de Tula algunos incendios en zonas de matorral y pastizales, los que a decir de la autoridad ambiental son producto de la actividad agrícola.

Hidalgo se encuentra sumido en una profunda sequía, lo que abona a los incendios y si difícil control por parte de las brigadas de atención a los incendios.

Además de ello en la zona de Pachuca, azuzado por fuertes vientos, las tolvaneras hicieron descender la calidad del aire y llevaron a la autoridad ambiental y de salud a recomendar a la población a usar cubrebocas como medida para proteger la salud de las personas.

El panorama de Hidalgo no es halagador. Las condiciones ambientales empiezan a modificarse de manera profunda y negativa. En el marco del cambio climático, muchas cosas pueden suceder en la entidad.

Desde pérdida de suelo hasta desaparición de ecosistemas completos, y no, no es por la acción del fuego, es un resultado de la alteración climática y la poca actividad en ese rubro.

El cambio climático no es un fenómeno que pueda ser controlado o revertido. Frente a él, son necesarias las actividades de adaptación y mitigación.

Greenpeace señala que “está ocurriendo en todo el mundo y sus consecuencias pueden ser devastadoras, tanto para el medio ambiente como para las personas”. En la mayoría de las investigaciones se ha coincidido en el hecho de que la temperatura del planeta ha crecido en un 1,11 ± 0,13 °C, desde la época preindustrial.

Esto debido a que las emisiones contaminantes a la atmósfera siguen creciendo, sobre todo las relacionadas con el efecto invernadero y una de las consecuencias son las olas de calor más intensas y duraderas, responsables en la mayoría de los casos de los incendios y los mega incendios.

Es fundamental, superar las actuales narrativas de la autoridad local y federal en torno a los incendios forestales. Ir más allá de las respuestas que reflejan la atención inmediata y conquistar el espacio de las acciones de prevención.

Es posible. Es totalmente posible prevenir los incendios forestales y la búsqueda de responsables no es, por el momento la más adecuada. Porque estanca la acción de gobierno en exactamente el mismo espacio. La búsqueda de culpables para un fenómeno que no se ha atendido de manera adecuada.

Se deben de construir programas; se debe involucrar a los municipios en una actividad verdaderamente colaborativa y constructiva, más allá de la capacitación en la atención de incendios y construcción de brigadas. Eso es bueno, pero no suficiente.

¿Cómo se construyen procesos de adaptación al cambio climático? ¿Qué es la adaptación en un fenómeno cómo este? ¿Qué es mitigar? ¿Quiénes son los que deben de realizar las acciones de mitigación?

Desde la presentación del Informe del Club de Roma: “Los límites del crecimiento” el llamado a la reducción en el uso de combustibles fósiles ha estado presente, pero esa reducción no se ha logrado.

¿Qué significa el modelo global para una región determinada o para un país aislado? Es la pregunta que surge al hacer referencia a América Latina en aquel informe. Reconociendo la disparidad existente en la región, el bajo desarrollo, la alta tasa poblacional y los niveles de contaminación, él informa asegura que es difícil visualizar algunos hechos.

Sin embargo, ahora, los hechos están aquí. Las necesidades que el cambio climático genera en la región son demasiadas. Somos una región explotada en favor de los países del norte, contaminada y degrada y con un futuro bastante incierto en el que, también influye la inestabilidad política de la región.

Debe el gobierno de Hidalgo, regresando a nuestro entorno, explorar con una nueva mirada la realidad ambiental del estado. Construir nuevas repuestas a la crisis ambiental e hídrica que enfrentamos en la entidad.

Hacerlo, demanda del gobierno todo, salir de la caja. Pensar diferente los fenómenos y enfrentar los hechos desde nuevas visiones. Romper los paradigmas y construir nuevas maneras de entender al estado. Ya no basta con la buena voluntad.

Es fundamental gobernar en el marco del cambio climático. Ni más ni menos.