
A cuatro años de la explosión de un ducto de Pemex en Tlahuelilpan, Hidalgo, en la que murieron 137 personas, ese municipio tuvo en 2022 un repunte de 15 por ciento en el hallazgo de tomas clandestinas.
Mientras que en 2021 se reportó un promedio mensual de 8.5 piquetes a ductos, de enero a agosto de año pasado la cifra se elevó a 9.8, según el informe más actualizado de la petrolera.
Las autoridades locales reconocen que la ordeña de combustibles se acentúa en brechas de la colonia Cerro de la Cruz, al norte de la ciudad, donde atraviesa el ducto Tuxpan-Tula, y en zonas cercanas donde se reportó la explosión el 18 de enero de 2019, en la localidad San Primitivo.

Desde ese mismo mes, las autoridades de Protección Ci-vil del municipio comenzaron a ofrecer pláticas en escuelas sobre los riesgos del huachicol.
No obstante, de enero a agosto ese municipio sumó 79 tomas clandestinas con picos de 18 en febrero, y 16, en agosto.
Benito Jiménez I Agencia Reforma
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Aún con el despliegue de militares para frenar el huachicol, la ordeña de combustible reportó un incremento del 70 por ciento en 2022 respecto del año pasado, revelan cifras oficiales de Pemex.
De acuerdo con informes de la petrolera, en 2021 se robaron un promedio de 3 mil 600 barriles diarios, mientras que en 2022 la cifra aumentó a un promedio diario de 6 mil 100.
El reporte diario del desvío de hidrocarburos que Pemex entrega al Gabinete de Seguridad precisa que en los primeros 15 días de enero de 2023 se promedia un robo de 5 mil 500 barriles.
La ordeña se registra principalmente en Hidalgo, Estado de México, Puebla, Tamaulipas, Veracruz, Guanajuato, Jalisco, Baja California, Nuevo León, Michoacán y Tlaxcala, entidades donde los ductos de Pemex tienen más piquetes.