Bajo un sol abrasador, cientos de pachuqueños acompañaron a Jesús, paso a paso, por el camino de la cruz
La bendición del padre Marciano Reyes García, uno de los religiosos más reconocidos de Pachuca y quien pidió para que la Semana Santa fuera un momento de reflexión, dio paso al juicio de Jesús de Nazaret, quien fue acusado de “alborotar al pueblo”, ante la mirada de cientos de espectadores congregados en la cancha de la colonia Cubitos.
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Horas antes del mediodía, personas de todas las edades se dieron cita en dicha explanada, para presenciar uno de los pasajes más importantes de la vida de Jesús, su juicio, viacrucis y crucifixión.
Con niños y adultos mayores en primera fila, poco a poco, las casi 50 personas que representaron un personaje en el viacrucis, que esta ocasión llegó a su edición número 54, fueron captando la atención de los espectadores, quienes en varios momentos guardaron silencio total.
Tras ser azotado y humillado, Jesús, a quien le colocaron una corona de espinas e interpretado por Moisés Quintero Ortega, fue presentado ante el procurador Poncio Pilatos, que se lavó las manos y ordenó que fuera sentenciado a morir crucificado.
Moisés Quintero, Jesús, el hijo de Dios, tuvo que cargar una pesada cruz de madera y subir cargándola en hombros, mientras sus verdugos lo golpeaban con látigos.
El camino a donde sería crucificado, el cerro de Cubitos, que ofrece una vista panorámica de la ciudad, no fue fácil, pues cayó tres veces, agotado, humillado y con un sol intenso que no dio tregua.
Desde azoteas, balcones, ventanas, pero sobre todo, a pie, cientos de personas siguieron el viacrucis hasta el cerro de Cubitos, donde el intérprete de Jesús exclamó sus últimas palabras: “Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu”.
Minutos después, Moisés fue bajado de la cruz con apoyo de Bomberos Voluntarios de Hidalgo, quienes lo bajaron en una camilla. Por su parte, algunas personas colocaron su mano derecha en la cruz y, en silencio, realizaron oraciones.