Las conductas violentas contra animales en situación de calle en Mineral del Monte y municipios vecinos se debe a una mal llamada “costumbre”, coinciden activistas y el diputado de dicho distrito, Miguel Ángel Martínez Gómez.
En recientes días, a decir de Pedro Guerrero, animalista de dicho municipio, regresaron los envenenamientos masivos, luego de que en mayo por lo menos 14 perros fueron asesinados y durante las últimas semanas, al menos tres.
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Ante esta situación, tanto el activista como el diputado del distrito IX coincidieron que uno de los factores importantes para que prevalezca el maltrato animal en la zona es la cultura de la sociedad.
Aseguraron que en la mayoría de los hogares han normalizado el castigo físico a los demás seres vivos, como son perros y gatos, por lo que es común que no le den el valor adecuado a su vida.
En entrevista con Criterio, el asambleísta del Partido de la Revolución Democrática (PRD) aseveró que es necesario implementar capacitaciones, cursos y campañas sociales para sensibilizar a la población sobre el asunto.
De igual manera, admitió que no solo Mineral del Monte tiene el problema, también en otros municipios, como Metepec, Huehuetla y Huasca, mismos en los que intentarán aplicar dichos proyectos.
“Por ejemplo, en Huehuetla, lamentablemente hay costumbres de agredir a los animales porque hacen travesuras o simplemente porque andan en la calle, entonces los ven simplemente como un objeto o una cosa que no tiene sentimientos y que no vale, es por la educación que reciben de generación en generación”, comentó el legislador local.
En el caso del Pueblo Mágico, durante los últimos meses al menos 15 perros fueron asesinados por envenenamiento.
No obstante, los elementos de la alcaldía rompen los protocolos ante el envenenamiento de un animal, ya que en todos los casos acuden a recoger inmediatamente los cuerpos, cuando no debe de ser así, comentó Pedro Guerrero.
El activista explicó que, en estos casos, se debe de consignar el animal a un laboratorio para analizar cuál fue el químico o el motivo por el cual perdió la vida para así detectar asesinatos en masa.
Sin embargo, inexplicablemente —refirió—, el ayuntamiento, además de recoger los restos animales, presuntamente los incineró, por lo que surgieron muchas dudas, ya que ello representa un gasto para el municipio que en repetidas ocasiones mostró su omisión hacia el maltrato animal.
Luis Godínez | Mineral del Monte
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