Día de la Madre: “Nuestra hija vino a complementarnos”

La historia de Flor y su pequeña Miri que nos demuestra que el cariño de una madre no solo radica en dar a luz

 
Hace 10 días
 · 

Foto: Juan Martínez

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Existen dichos, canciones e historias que nos enseñan que una madre no solo es aquella que engendra, sino quien con amor y dedicación cría a sus hijos. Una de esas memorias dignas de recalcar es la de Flor Núñez Valencia, una mamá amorosa y bendecida.

Miércoles 8 de mayo de 2024, cerca de las 18:30 horas, en el centro comercial Explanada Pachuca, se observa a una mujer y a su pequeña de seis años caminando por los pasillos de manera alegre, platicando sobre el curso de su día y riendo ante algunas circunstancias.

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De forma amable y con una enorme sonrisa, Flor, que ya supera los 40 años, dedicó unos minutos de su tiempo a Criterio para compartir su experiencia de maternidad. Esta historia, aunque parezca una frase muy trillada, está cargada de alegría, lágrimas e incluso incertidumbre, una mezcla un poco peculiar.

Día de la Madre: “Nuestra hija vino a complementarnos”
Foto: Juan Martínez

 

El inicio de la historia

Todo comenzó hace más de 15 años, en 2008, cuando ella, después de sufrir una trombosis en una de las piernas, fue diagnosticada con un padecimiento que, para entonces, era una incógnita tanto para ella como para los médicos que la trataban.

Transcurrió un año para obtener la determinación sobre un síndrome en la sangre que, desafortunadamente para ella y su pareja, quienes tenían una enorme ilusión de formar una familia, provocaba síntomas abortivos.

A pesar de ello, el deseo de ser madre seguía latente en Flor, quien tuvo que enfrentar dos embarazos fallidos y varias visitas a una clínica del centro médico La Raza, donde se sometió a infinidad de estudios biológicos, sin éxito para concebir.

Día de la Madre: “Nuestra hija vino a complementarnos”
Foto: Juan Martínez

La idea de adoptar

Sin embargo, tras una conversación con un especialista, quien le explicó que una gestación bajo su circunstancia sería de alto riesgo tanto para el futuro bebé como para ella, decidió hablar con su entonces novio, hoy esposo, con quien lleva de la mano más de 25 años, sobre la posibilidad de adoptar.

Para Flor, esto fue algo difícil de abordar, pero, después de un tiempo, tanto ella como su pareja coincidieron en que la única manera de formar una familia era la adopción. Así que comenzaron el trámite ante el Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF) de Hidalgo.

Para ello, tuvieron que cumplir varios requisitos importantes, los cuales reunieron en un plazo de seis meses, además de asistir a pláticas y sesiones especializadas sobre maternidad y paternidad.

Día de la Madre: “Nuestra hija vino a complementarnos”
Foto: Juan Martínez

Después de dos años de espera, marcados por la incertidumbre, la desesperanza y la tristeza al no recibir alguna notificación sobre su proceso de adopción, fue en septiembre de 2018 cuando Flor recibió la llamada que cambió su vida.

Entre lágrimas, relató el momento en que una trabajadora social del DIF Hidalgo le comunicó que sería madre, ya que su perfil y el de su ahora esposo eran aptos para tener a una niña de un año y cinco meses en ese momento.

Por protocolo, el sistema de adopción no permitía ver fotos ni tener contacto con los menores que ejercían de prospectos. Entonces, surgió nuevamente la pregunta sobre si querían continuar en la última etapa.

Y, al final, llegó la familia

A pesar de no conocer a su futura hija, Flor y su esposo aceptaron. Así que, el 17 de septiembre de ese año, en un evento protocolario al que invitaron a familiares y amigos, recibieron a su pequeña, a quien le pusieron por nombre Miranda.

Foto: Juan Martínez

Flor contó que, al principio, no todo fue fácil, ya que tuvieron que pasar por varias terapias con especialistas para la adaptación de los padres y de la niña, a quien cariñosamente llaman Miri. Aunque al inicio tenía miedo a las voces y la presencia masculina, ahora su padre es su gran adoración y son inseparables.

Actualmente, Miranda está a punto de cumplir siete años, va a entrar a la primaria “y es una niña muy inteligente”, agregó. A pesar del carácter fuerte que tiene, la relación con su madre es igual o más fuerte que la de otras familias.

Después de casi una hora de conversación, que provocó risas y hasta sentimientos encontrados, Flor y Miri se retiraron para seguir con su historia. Nos demuestran que el cariño de una madre no solo radica en dar a luz.

 

“Muchos nos felicitan, nos dicen que somos personas maravillosas porque aceptamos a alguien fuera de nuestra familia. Yo no lo veo así. Fuimos bendecidos de ser padres de una familia no convencional. No le estamos haciendo ningún favor a ella al adoptarla; al contrario, ella vino a complementarnos”

Flor Núñez Valencia, madre adoptiva de Miranda

 

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