Propietarios de bares y cantinas de Tula de Allende señalaron que, debido a los incrementos en casos y muertes por Covid-19, el Concejo, a través de la Dirección de Reglamentos y Espectáculos, analiza implementar un nuevo cierre de giros negros en la demarcación, que entraría en vigor a partir del próximo fin de semana y duraría 15 días.

Con esto, Tula de Allende se sumaría a Atitalaquia, que aplicó dicha medida desde el pasado 1 de diciembre, como municipios con ley seca para frenar la propagación del virus SARS-CoV-2.

Consultados por Criterio, los locatarios de giros negros coincidieron en que un nuevo cierre afectaría su economía; sin embargo, algunos de ellos dijeron estar resignados y entender que deben sumar esfuerzos para “ponerle fin” a la contingencia sanitaria.

No obstante, varios de los propietarios de bares y cantinas aseveraron que no podrán superar la crisis que representaría un nuevo periodo sin abrir sus puertas, por lo que muchos negocios se irían a la bancarrota.

Desde mediados de marzo de este año, cuando comenzó la pandemia de Covid-19 en Hidalgo, los giros negros de Tula de Allende dejaron de operar durante cerca de cuatro meses, hasta que el 14 de julio pasado, tras una manifestación y el bloqueo de la alcaldía, el ayuntamiento los dejó reabrir tres días después.

En esa ocasión, el gobierno municipal les permitió operar dos días a la semana, en un horario de 17:00 horas hasta la medianoche; no obstante, dicho periodo se amplió posteriormente.

PANORAMA

Al corte de ayer, de acuerdo con la Secretaría de Salud de Hidalgo, Tula de Allende sumaba 751 casos acumulados de Covid-19, mientras que 108 personas habían perdido la vida por la enfermedad

Los locatarios previeron que algunos negocios se irán a la bancarrota si se decreta un nuevo periodo de cierre, pues explicaron que algunos pagan hasta 40 mil pesos mensuales por la renta de sus establecimientos, además de que destinan 20 mil al consumo de electricidad

Miguel Ángel Martínez I Tula de Allende