Los combates entre rebeldes hutíes y fuerzas progubernamentales continuaron causando estragos el sábado en la provincia de Marib, en Yemen, donde se teme una escalada en un conflicto que devastó el país y salpicó los países del Golfo.

Al menos 50 combatientes, entre ellos un comandante de las fuerzas especiales, murieron ayer, en los sangrientos combates en Marib, el último feudo progubernamental en el norte del país.

El viernes ya se habían producido 60 muertos en los enfrentamientos por el control de esta provincia muy rica en petróleo.

Además, las autoridades de Arabia Saudita, que lideran la coalición internacional que apoya a las fuerzas progubernamentales en Yemen, anunciaron haber repelido un ataque con misiles lanzado por los rebeldes hutíes en Riad, donde se oyeron varias explosiones.

Según la coalición, citada por la cadena de televisión Al Ekhbariya, interceptaron además cuatro drones lanzados por los hutíes contra el sur de Arabia Saudita. Los ataques no fueron reivindicados.

Los rebeldes hutíes, que intentan desde hace más de un año apoderarse de Marib, reanudaron el 8 de febrero su ofensiva en esta provincia.

En estos combates, las fuerzas progubernamentales se benefician del apoyo de la aviación de la coalición liderada por Riad, lo que dificulta el avance de los hutíes, que no suelen comunicar sus bajas.

Los enfrentamientos se intensificaron en los últimos días y dejaron un reguero de muertos: 22 miembros de las fuerzas gubernamentales y más de 28 rebeldes perecieron estas últimas 24 horas en los combates, que continúan sin descanso, indicaron fuentes militares leales al gobierno.

Según la agencia de prensa gubernamental, Marib es el objetivo de una ofensiva cada vez más feroz lanzada por los hutíes que utilizan todo tipo de armas e incluso drones y misiles balísticos.

AFP | Dubai