Colmillo Blanco es una de las leyendas con actividad en el pancracio hidalguense.

El gladiador es de los pocos que, a sus 73 años, de los cuales 38 ha dedicado a la lucha libre, le hacen frente a rivales a los cuales les triplican la edad, como fue Rayito Mexicano, a quien enfrentó en su último evento estelar.

“Gracias a Dios, que me ha dado toda esta fortaleza; siempre cuidándonos y aquí estamos para demostrarle a la juventud que debemos echarle ganas”, mencionó el licántropo, quien aseguró que aún disfruta cada presentación como si fuera su primera vez en el ring: “Aquí seguimos como si fuera el primer día, con harto compromiso y responsabilidad”.

Asimismo, señaló que el secreto que lo ha mantenido vigente es su amplio dominio del arte del llaveo, el cual ha sido despreciado por las actuales generaciones, que, consideró, se han preocupado más por la espectacularidad de la lucha aérea.

“Hay juventud con talento, pero les falta mucho a ras de lona, que es la base principal de la lucha, porque todo vuelan, pero la base principal es desde abajo”, dijo.

Por otra parte, reconoció que ya visualiza pronto su adiós de los cuadriláteros, pues quiere hacerlo en un nivel óptimo, como se ha mantenido a lo largo de su trayectoria.

“Yo pienso que ya estamos cerca del retiro; abrirle espacio a la nueva juventud, pero cuando nos vayamos, será con la frente en alto”, abundó.

Finalmente, indicó que su principal legado son El Mago, Cíclope y Devitt Rodríguez, quienes ya han hecho historia, principalmente los dos inicialmente mencionados, al ser los primeros pachuqueños en llegar a Japón.

“Siempre les dije que la lucha libre es fuerte y dura; la humildad que les inculque es lo que los ha hecho llegar hasta donde están”, cerró.

Alejandro Velázquez I Pachuca