La final femenina de Roland Garros enfrenta hoy a dos jugadoras que han sabido aprovechar sus oportunidades en un cuadro que se vio desprovisto prematuramente de sus primeras espadas: la rusa Anastasia Pavlyuchenkova o la checa Barbora Krejcikova darán lustre a su palmarés con un primer título Grande.

Krejcikova selló ayer el pase a la final de dobles, asociada con Katerina Siniakova.

Si la experiencia fuese el factor para decantar el duelo, este caería de lado de Pavlyuchenkova. La rusa, 32 del mundo, vive su participación 14 en Roland Garros.

El suyo es un ejemplo de constancia, de forjarse un camino y de alcanzar una tardía madurez tenística. No en vano en los 51 Grand Slam que había disputado antes de su llegada a París su mejor resultado habían sido los cuartos de final.

En 2011 alcanzó su mejor clasificación mundial, alzándose al puesto 13 de la WTA. En caso de coronarse hoy remontaría hasta el puesto 14.

En el camino hasta esta final la rusa eliminó a jugadoras como Aryna Sabalenka, Victoria Azarenka, Elena Rybakina y Tamara Zidansek.

Krejcikova ha sembrado en su camino a la final diferentes víctimas de peso, como la ucraniana Elina Svitolina, las estadunidenses Sloane Stephens (finalista en 2018) y Coco Gauff, y la griega Maria Sakkari, en un igualado partido en la antesala de la final.

La checa, 33 del mundo, tiene asegurado alzarse el lunes al puesto 22 del ranking WTA.

AFP | París