Las integrantes de los 18 clubes femeniles de la Liga BBVA se han mantenido trabajando de manera sistemática y disciplinada a pesar de que una gran mayoría no cuenta con los recursos para tener aparatos de ejercicio o el espacio para hacer sus rutinas al aire libre.
Muchas han documentado su trabajo en redes sociales y directoras técnicas como Fabiola Vargas, del Necaxa, se han dedicado a documentar cómo ha sido la rutina del día a día, no solo de sus jugadoras, sino de algunos otros equipos que le han compartido esta información.
Los clubes femeniles están a la espera de recibir noticias de parte de los directivos de la FMF, y esperan regresar fuertes física y emocionalmente para no dejar caer la competencia y el futuro de la Liga Femenil en México.
Hace unos días un informe de la FIFpro (Federación Internacional de Futbolistas Profesionales) indicó que el crecimiento y la evolución del balompié femenil se veían seriamente amenazado por la crisis del Covid-19 y entre las recomendaciones estaba la aplicación de medidas y condiciones financieras especiales para las jugadoras, así como garantizar las inversiones anteriores a la crisis y no retirarlas.
La nómina de un equipo regular de la Liga BBVA Femenil asciende a 120 mil pesos mensuales y de gastos para traslados terrestres, comidas, hospedaje y demás, se invierten entre 200 y 300 mil pesos. Hay otros clubes que superan el tope del salario mínimo y sus egresos son mayores, como los casos de América, Tigres y Rayadas.
¿Y cómo se jugará?
La Liga BBVA Femenil ya estudia los probables escenarios para reactivar el torneo, al faltar todavía 7 jornadas en la campaña regular y duelos pendientes previo a la Fase Final a la que clasifican 8 equipos, de acuerdo al Reglamento de Competencia:
– El torneo Clausura 2020 podría disputarse a puerta cerrada, como lo harían los varones. Habría transmisión de los partidos por televisión.
– En un primer escenario, se buscaría dar una semana en el calendario para cumplir con los juegos pendientes, mientras el resto se alista, para luego seguir con dobles jornadas y completar la etapa regular.
– En un segundo escenario, se disputarían sólo los juegos pendientes y se procedería a la Fase Final, con encuentros de ida y vuelta, y así poder terminar el torneo en 4 semanas, aproximadamente.
– En un tercer escenario, se disputarían los juegos pendientes y se procedería a la Fase Final, pero esta etapa se disputaría a un encuentro, siendo sede el equipo mejor posicionado en la clasificación general. Se jugaría el torneo restante dos veces por semana para concluirlo en 15 días.
Alejandra Benítez I Agencia Reforma