Locatarios del tianguis municipal de Tula descartaron afectaciones mayores en sus ventas a partir de los trabajos de reposición del drenaje sanitario del primer cuadro, que hoy está en ejecución frente al espacio en el que están instalados.
Señalaron que la mayor parte de comerciantes, “sino es que todos, ya tienen su clientela cautiva” y que, en realidad, de lo que no se han recuperado es de las consecuencias de la pandemia de Covid-19.
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Indicaron que las personas perjudicadas por estas obras son los padres de familia, que bajan en las mañanas o noches a la zona para recoger a sus hijos de las escuelas y que no pueden entrar de forma libre al centro de Tula, pero reiteraron que, para ellos, la baja de ventas no es sustancial, pues “quien quiere comprarnos llega caminando al tianguis”.
Vendedores de frutas y legumbres indicaron que el flujo en los pasillos, tal y como quedó después de la pandemia, sigue normal, pero que esto no se compara con lo que había antes de la emergencia sanitaria, cuando los pasillos estaban repletos de clientes, aun entre semana, y que para que vuelva a pasar es necesario esperar a los fines de semana o hasta días festivos.
Un comerciante de pollo confirmó la disminución de sus ingresos durante la restricción que hubo entre 2020 y 2022, pues aseveró que, antes de las medidas biosanitarias, se vendían entre 100 y 120 aves procesadas todos los días, mientras que, con la institución de la sana distancia, apenas eran 50 o 60.
El propio tianguista sostuvo que el escenario empeoró, pues, aún inmersos en la crisis sanitaria del Covid-19, se enfrentaron a las pérdidas del 100 por ciento que supuso la inundación de septiembre de 2021, la cual, además, tuvieron que sortear y superar sin el apoyo de las autoridades.
Miguel Ángel Martínez | Tula de Allende