Lo acorraló entre las cuerdas, lo pisoteó, lo sentó en las butacas y le puso una zarandeada para recordar, pero un error le costó perder el mano a mano.
El Último Guerrero se llevó el duelo directo contra El Terrible por la vía de la descalificación, la noche del lunes en la función estelar de la arena Puebla.
Desde el arranque de las hostilidades, El Ingobernable aplicó su furia desenfrenada contra el Luchador de Otro Nivel, quien no veía lo duro sino lo tupido sobre el encordado poblano.
Cuando el Último Guerrero quería reaccionar, El Tirantes lo detuvo y lo descontroló, por lo que no se percató de que El Terrible se fue sobre él para ponerlo en espaldas planas y ganarle la primera caída.
El Terrible siguió castigando al Luchador de Otro Nivel en la segunda caída, hasta que el referí le llamó la atención, porque había cuerdas de por medio.
El Terrible se enardeció contra El Tirantes, pero descargó toda su furia contra el líder de los Guerreros Laguneros, quien pagaría caro una vez más.
Cuando el Guerrero se veía desfallecido, tomó un segundo aire y se desquitó del Ingobernable, aplicándole su tradicional castigo de Pulpo con lo que amarró la segunda caída para su causa.
El Último Guerrero exigió que El Tirantes dejara el encuentro y, toda la afición en el recinto comenzó a abuchearlo.
El referí amenazó con descalificar al Luchador de Otro Nivel y aunque decidió seguir en el encuentro, no se imaginó que le pondría todas las trabas para que ganara la tercera caída por las buenas.
Cuando la batalla estaba en el momento más caliente y el Último Guerrero iba a desatar su furia, El Terrible le metió tremendo golpe en las partes nobles, con lo que el referí lo descalificó y, a pesar de todo, El Tirantes tuvo que levantarle la mano al Último Guerrero.
Norma Herrera I Agencia Reforma