Cuando un jugador está en su mejor momento, es el consentido de la afición, le ha dado alegrías a un equipo y le llega alguna oferta para emigrar; lo lógico es que los seguidores del equipo deseen que se quede y se rasguen las vestiduras, en caso de que decida marcharse, al grito de: “¡vendido!”.

Pero algo en lo que llevo un buen rato pensando es que los aficionados rara vez muestran la misma lealtad hacia los jugadores que ellos les demandan, bajo el argumento de que nadie es más grande que X o Y club. Eso lo entiendo, pero, de igual forma, los futbolistas estarían en el mismo derecho de decir que ningún club, para ellos, es más grande que su propia vida o carrera.

¿De qué hablo? Bueno, para nadie es un secreto que Oribe Peralta tuvo uno de sus peores torneos en el pasado Clausura 2018. Ayer, en este diario publicamos que sólo había marcado tres goles y él mismo reconoció que debía trabajar para recuperar la confianza de cara al arco.

Pues bueno, en redes sociales no son pocos los americanistas que piden su salida del equipo y ven con buenos ojos un intercambio con el Toluca para que vuelva Rubens Sambueza.

Otro caso es el del buen Moisés Muñoz, “autor” del gol que mandó a tiempo extra aquella histórica final contra Cruz Azul y que confirmó su estatus de héroe en la serie de penales. Poco después, la edad comenzó a mermar sus capacidades en el arco y salió por la puerta de atrás; aunque ahora esté de vuelta al concluir su periodo de préstamo con el Puebla.

Muchos aficionados del Ame ya no ven con buenos ojos al Tortas por las pifias que cometió este semestre con La Franja y porque, a fuerza de ser sinceros, ya no es el mismo de aquella lluviosa noche de mayo de 2013.

No obstante, la malicia de algunos comentarios en redes me parece excesiva e infundada. Considero que hace falta que nosotros, como aficionados seamos más respetuosos con los jugadores que han representado dignamente a nuestro club.

Y no lo digo solamente como americanista. Basta recordar cómo dijo adiós Iker Casillas al Real Madrid, mientras Andrés Iniesta, Gianluigi Buffon y Fernando Torres tuvieron despedidas de héroes.

Honor a quién honor merece

El Real Madrid obtuvo su décimo tercera Liga de Campeones ayer. Aunque yo no soy madridista, hay que reconocer que los Merengues confirmaron su posición como Reyes de Europa.

Los españoles son especialistas en esta justa y demostraron una vez más esa sangre ganadora que tienen los equipos grandes. Supieron soportar la presión inicial del Liverpool y aprovecharon su momento, y los errores del portero, para consagrarse. Felicidades a los madridistas hidalguenses.