Por muy diversa que sea la práctica del deporte, por los escenarios, fuerza, sincronización y sus técnicas, se requiere de un tiempo para entrenar y alcanzar el alto rendimiento.

Todas estas situaciones han sido expuestas por directivos y entrenadores, quienes las tendrán que afrontar como principales obstáculos en la reanudación de actividades, al concluir la confinación por coronavirus.

En este caso, cada entrenador, a su manera, ha explicado que la reactivación de los deportistas será un tanto complicada o prolongada, después de dejar de entrenar en sus áreas naturales durante dos o tres meses, aun cuando no dejan la activación física y algunos movimientos adaptados.

La realidad es que, así como un nadador requiere necesariamente de sensibilizar su cuerpo con el contacto del agua en una alberca, el atleta afronta los mismos sentimientos de hacer innumerables repeticiones en la pista o en el campo, con su mayor esfuerzo.

La continuidad en cualquier disciplina es la clave para superarse, alcanzar marcas y tiempos, técnica, corregir errores y alcanzar su máximo nivel en una competencia oficial, ante otros rivales, que han llevado el mismo proceso.

Esta es la pasión, la adrenalina que viven los deportistas de alto rendimiento, siempre con la idea de poner en alto a su estado o a su país, convertidos en unos “profesionales”, por la disciplina, la responsabilidad y compromiso sin firma que los conecta de lleno con sus entrenadores y padres de familia.

Para volver a los escenarios y empezar con estudios médicos, psicológicos, físicos y técnicos, pasarán días, semanas o meses, en los que irán recobrando confianza y nivel, pero se da por un hecho que no llegarán al nivel con que se fueron a descansar obligadamente.

De esto están conscientes todos los entrenadores de cualquier deporte y de cualquier nivel de cualquier estado o país, porque habrá que trabajar el estado anímico, como plataforma indispensable para lograr los objetivos anhelados.